Sorteando la mar monstruosa
Tu metal se abre camino
No hay un solo remolino
Que trague tu estela hermosa
Ni la sal siquiera roza
Tu alma de barco salvaje
Sin cadenas ni equipaje
Sólo en la proa una joya
Como lava, arde y brolla
El amor, liviano anclaje
Espíritu de tormenta
Pesada y noble armadura
Sale a flote con ternura
Pues de hundirse se alimenta
Y en la noche turbulenta
Cuando más embiste el viento
Habitás cada momento
Sin palabras de testigo
Con hechos nos das abrigo
El verbo es tu fundamento
Se desdoblan las mareas
Te haces luz en cada abrazo
Sabés ser aguijonazo
Si la fauna cosquillea
Y si la noche es de brea
Te transformas en caricia
Navegando con pericia
Entre ocultas alimañas
Si la brújula se empaña
Sos un faro de justicia