Hace siete días,
que no puedo dormir.
Hace exactamente siete días,
que no puedo hacer pis.
Mamá.
Cuánta gente amontonada,
sube, viene, baja y va.
Algunos atraviesan las paredes,
y otros, el cristal.
Ésta mano, no es mi mano.
Éste pie, no es el mío.
Tengo la ropa llena de gente desconocida.
Iba Lasie caminando,
con su bozal, repleto de alcohol.
Y jamás nadie supo de ella,
porque alcoholizada llegó.
Y en el fondo de su botella,
encontró a su gran amor.
Él estaba sin aletas,
nadando con dolor.