Dijiste que no iba a poder salir adelante.
Que mi propio destino no podría construir.
Dijiste que no me levantaría si caía
y que nada de lo que tengo lo podría conseguir.
Que todo iría mal, me sentiría mal.
Que está escrito en mi carta astral.
Todo sería así, no dependería de mí.
No habría forma de escapar.
Fallaste, fallaste.
Fallaste, Nostradamus.
Fallaste, fallaste.
Fallaste, otra vez.
Creíste que en tu discurso iba a caer
y me rendiría.
Tu ego y tus profecías
no me pudieron vencer.
Dijiste que nadie me iba a querer
por ser quién soy
y que no habría días de felicidad.
Dijiste que siempre sería frío mi corazón
y que de nadie me iba nunca a enamorar.
Pero pude salir,
tu historia revertir.
Quién lo iba a predecir.
Así que ya está
no te quiero acá.
Buscate a otro
con quien presumir.
Fallaste, fallaste.
Fallaste, Nostradamus.
Fallaste, fallaste.
Fallaste, otra vez.
Creíste que en tu discurso iba a caer
y me rendiría.
Tu ego y tus profecías
no me pudieron vencer.
Fallaste.
Fallaste.
Fallaste.
Fallaste.
Dijiste que tu vaticinio
sería mi cruz
y nadaría siempre
en la mediocridad.
Dijiste que no brillaría con mi propia luz
y que en nada me iba nunca destacar.
Porque mi porvenir
pudiste convertir
en tu macabro souvenir.
Pero una vez más
no vas a ganar.
Tu presagio te lo tuviste que tragar.
Sólo fueron palabras perdidas
que sirvieron para desafiar
el guión que relata mi vida
prefiero no leerlo antes de empezar.
Fallaste, fallaste.
Fallaste, Nostradamus.
Fallaste, fallaste.
Fallaste, otra vez.
Creíste que en tu discurso iba a caer
y me rendiría.
Tu ego y tus profecías
no me pudieron vencer.