Extraño tus pasiones desatadas,
tus ataques de locura cuando nadie lo esperaba,
el reflejo de la luna en tus gafas espejadas,
lo imposible de tu amor.
Pero también extraño tu llegada,
y el sabor a cigarrillo que tu beso me dejaba,
enroscarnos y dormirnos con las sábanas mojadas
cuando aparecía el sol.
Lo que no sé es lo que quiero,
lo vuelvo a hacer y me enveneno,
enloquecer en soledad es mi destino,
discúlpame si con esto te deprimo.
Porque también extraño
abandonarme al universo del engaño,
irnos de viaje y renovar nuestro vestuario,
y me hago cargo, nena, te extraño, pero no tanto.
Extraño el paraíso de tu cara con los ojos achinados,
la sonrisa desplegada,
la melena despeinada, la actitud exagerada,
el sonido de tu voz.
Lo que no sé es lo que quiero,
lo vuelvo a hacer y me enveneno,
enloquecer en soledad es mi destino,
discúlpame si con esto te deprimo.
No soy cobarde ni valiente,
sólo lo siento diferente,
contradecirme en mi discurso es mi fuerte,
aceptaré lo que me tenga la suerte.
Porque también extraño
abandonarme al universo del engaño,
irnos de viaje y renovar nuestro vestuario,
y me hago cargo, nena, te extraño, pero no tanto.
También extraño
abandonarme al universo del engaño,
irnos de viaje y renovar nuestro vestuario,
y me hago cargo, nena, te extraño, pero no tanto.
Y ya no quiero provocar el desencanto,
con tanta risa, con tanto llanto,
pero me muero por saber que estás pensando,
cuando la lluvia te está mojando.
También extraño… Extraño…
Oh, extraño…
Y me hago cargo, nena, te extraño, pero no tanto.
Pero no tanto…