Virgencita, si he pecado, perdoname.
Y ayudame a salir de esta prisión.
Por las noches se ahondan las tristezas
y los días se pasan sin razón.
Hoy lo justo y lo injusto se debaten,
se maltratan dentro de mi perdición.
Vos sabrás como iluminarme el camino,
vos podrás llegar hasta donde llega Dios.
Entre rejas, alambres, paredones
hay porciones de vida en su interior.
El remedio ayuda a que se te pase
toda la bronca que resiente la ilusión.
Yo te pido, te rezo humildemente.
Al Gauchito también le pedí hoy.
Quiero estar de nuevo por la calle,
quiero estar con mi familia, por favor.
No te quiero enfermar más con mis tristezas.
Solo espero que te acuerdes de mi voz.
La que reza por las noches en tu nombre,
por tu misericordia y compasión.
Muchas gracias, misteriosa virgencita, muchas gracias por oír esta oración,
muchas gracias por la fuerza que me diste para no caerme en la resignación.