Me parezco aquel cartero,
que labura el día entero,
y su día de descanso
sale igual a caminar.
Como la Mona Chita
que no encuentra a su Tarzán,
como barco a la deriva
que no sabe dónde va.
Como un niño sin infancia,
sin el Chavo o sin Balá,
como cura sin iglesia,
sin alguien que confesar.
Voy cayendo ahora mismo
hacia un desastre final,
como un perro abandonado
en la ruta de Luján.
Un salame con diploma
de muy bobo y de muy gil,
como vuela por el aire
un barrilete sin piolín.
Es la vida que me lleva,
sentado en la vereda
ya no quiero pensar.
Mirando todo desde afuera,
agarro la lapicera
y me pongo a imaginar.
Como un pancho sin mostaza,
o sin “chimi” un choripán,
el Llanero Solitario
sin Toro y sin antifaz.
Nueva York sin Hombre Araña,
sin Sinatra y Superman,
Buenos Aires sin el tango,
sin la pizza y la fainá.
Mar del Plata sin casino.
sin los lobos frente al mar,
como campos de tomate,
la paloma de la paz.
Voy cayendo ahora mismo
hacia un desastre final,
como un perro abandonado
en la ruta de Luján.
Un salame con diploma
de muy bobo y de muy gil,
como vuela por el aire
un barrilete sin piolín.
Es la vida que me lleva,
sentado en la vereda
ya no quiero pensar.
Mirando todo desde afuera,
agarro la lapicera
y me pongo a imaginar.