No, mi amor, ya sé que todo vuelve y tengo que entender
que en este juego todos vamos a perder
si no te miro cuando estás tragándote el llanto.
No, no, no. Ahora mismo no juguemos al desprecio, al deprecio…
Sé, mi amor, que es como una ola fuera de control.
Del miedo viene toda la agresión,
la misma que después termina convirtiéndose en caos.
Una y otra vez se repite sin que se pueda ver
la emoción que nos tiende a adormecer,
la misma que nos está martillando la espalda.
No, no, no. Ahora mismo no juguemos al desprecio, al desprecio…