Si al final
una noche, perfumada y cálida
hermosos cometas
nos van a pulverizar,
Sí, sin clemencia, sin apuro
y sin orden alguno.
Yo los ví caer, yo los ví caer!
Estaba dormida pero nos sentía arder
Yo los ví caer, yo los ví caer!
Rogué por mi vida pero a dónde iba a correr.
Uhhh…
Y al final
tanto empeño invertido en nuestras
pequeñas contiendas, persiguiéndonos la cola
Ah, qué ilusión, qué chiquilinada!
Todo es mucho más grande,
el tribunal del tiempo
nos condena a la nada,
la nada,
la nada.