Creo que el destino
se vengó de todo aquello
que creías
que era una exageración.
Y marcó el camino
para llevarte bien lejos.
Si querías
ya no había vuelta atrás.
Es más fácil manejar
lo que no paras a pensar.
Pero cuando rompe
el molde de verdad
Pone un freno
la cabeza en el lugar.
Conseguir un equilibrio
no por terco u obstinado
yo diría
más bien de arremetedor.
Entre aquello que te tira
desde adentro y desde afuera
por costumbre
o por una imposición.