En la oscura habitación,
un cuartucho de pensión;
frente al espejo del ropero,
pintás tus ojos, peinás tu pelo;
Nena de ocasión.
Bajás por Libertad, hasta Corrientes,
mientras los lobos afilan sus dientes.
Tené cuidado, piba,
porque un día se acabará;
Nena de ocasión.
Nena de ocasión, te conocí en aquel bodegón,
tenías quince años y un futuro prometedor.
Nena de ocasión, te conocí en aquel bodegón,
bailabas por las mesas, te llamaban Baby Doll.
Llegas muy tarde, cansada y gastada,
después de haber pateado
toda la ciudad;
guardas la botella bajo la cama,
y tomás pastillas para no pensar.
Nena de ocasión, te conocí en aquel bodegón,
tenías quince años y un futuro prometedor.
Nena de ocasión, te conocí en aquel bodegón,
bailabas por las mesas, te llamaban Baby Doll.