El artista rosarino concretó un proyecto que ideaba desde fines de los ‘80: una obra narrativa y musical de 25 tracks, grabada entre Madrid y Abbey Road.
Después de casi cuatro décadas de imaginarla, Fito Páez finalmente lanzó Novela, su obra más extensa y ambiciosa hasta la fecha. Concebido como una ópera-rock moderna, el disco combina música, narrativa, poesía y elementos cinematográficos. Con una duración de más de una hora y media, Novela se compone de 25 pistas que entrelazan canciones, pasajes narrativos y recursos sonoros.
El proyecto tiene sus orígenes en una idea que Páez comenzó a desarrollar en 1988, y cuyo universo se expandió a lo largo de los años con referencias como Circo Beat, su álbum de 1994. El relato de Novela gira en torno a dos brujas, Maldivina y Turbialuz, alumnas de la Universidad Prix, que enfrentan el desafío de crear el romance perfecto impuesto por la rectora Rectitud Martirius. A partir de ahí, la historia se ramifica con la aparición de nuevos personajes, como Loka, Jimmy, la tía Charito, don Ignacio Chantoni, el señor Jok y Julius, el domador de tigres famélicos.
La narración corre por cuenta de la actriz y directora Lorena Vega, mientras que la dirección artística estuvo a cargo del propio Páez, en colaboración con Gustavo Borner y Diego Olivero. El álbum fue grabado en los estudios Sony Music 5020 de Madrid y en los legendarios Abbey Road de Londres. Además de su núcleo narrativo, Novela destaca por su cuidada producción musical, que combina instrumentos de cuerdas, metales y una formación rockera integrada por músicos habituales de la banda de Páez y sesionistas internacionales.
Musicalmente, el disco se mueve entre referencias al pop británico —con claras influencias de The Beatles y Elvis Costello— y el estilo característico del rosarino, atravesado por melodías intensas, arreglos complejos y letras introspectivas. Las canciones funcionan como unidades independientes, más allá del hilo narrativo que las conecta, con el sello personal de Páez en cada estribillo, acorde y progresión melódica.
Novela también se presenta como un objeto artístico integral: la edición física incluye un diseño visual a cargo de un colectivo de artistas —Mondini, Pippas, Porras, Rompo y Zangaro— que potencia la dimensión plástica del proyecto. Según el propio Fito, “en un mundo que solo está ocupado en anular la imaginación, instalar el gen de la domesticación y envenenar las vitaminas de la rebeldía, este es mi nuevo mensaje en una botella”.
La historia de «Novela»
En un rincón remoto del universo —más precisamente, en el supermasivo agujero negro TON 618— se erige la Universidad Prix, una excéntrica institución dedicada a la enseñanza de la brujería. Allí, en dimensiones lejanas a las humanas, la realidad se distorsiona: no hay mesas ni sillas, los alimentos no se comen, se imaginan; y los cuerpos, amorfos o con reminiscencias animales y tecnológicas, se desplazan según sus propias reglas físicas.
En este mundo donde el tiempo es materia flexible y el descanso está prohibido, la rectora de la universidad es una figura temida: Rectitud Martirius. Con una apariencia que bien podría figurar en cualquier manual clásico de brujas —nariz infinita, escoba andrajosa, traje marrón y voz estentórea—, gobierna con rigidez y desconfianza.
Su mayor desafío son Maldivina y Turbialuz, las brujitas prodigio de la Prix. A pesar de su indisciplina, sus notas sobresalientes generan tanta admiración como envidia. Bellas, inteligentes y pendencieras, estas jóvenes encarnan una mezcla de ternura y ferocidad que incomoda profundamente a Martirius. Por eso, con el aval del concilio superior, decide someterlas a la prueba más difícil de la institución: la creación de un romance perfecto en un mundo ajeno.
Así es como la historia cruza dimensiones y aterriza en Villa Constitución, Santa Fe, donde vive Jimmy, un adolescente huérfano que canta y toca la guitarra en su banda “Los James Dean”. Junto a su tía Charito —una mujer adicta a las pastillas y enamorada del farmacéutico local—, habita una vieja casa chorizo frente a la plaza del pueblo.
Jimmy conocerá a Loka, una joven de mirada dulce y belleza hipnótica, hija de Jok, un rudo dueño de circo estacionado en Arroyo Seco. El Circo Beat, como se lo conoce, no es solo una carpa itinerante: es un universo propio habitado por personajes marginales, domadores de tigres famélicos, rencores pasados y tragedias aplastantes —como la muerte de la madre de Loka, ocurrida bajo las patas de un elefante.
La historia se despliega en múltiples escenarios fantásticos: un gallinero que funciona como sala de ensayo, una iglesia devenida inquisición moderna, prostíbulos disfrazados de beneficencia, y una tormenta sobrenatural que lo envuelve todo. En el centro, dos jóvenes que buscan romper sus mandatos familiares y escapar de un pueblo que, en cuestión de segundos, puede volverse una jauría de humanos desatados.
En este relato coral y onírico, nada es lo que parece. El tiempo se comprime: lo que para el oyente será apenas una hora, dentro de la historia es un universo expansivo. Pero para poder ingresar, hay una condición clave: apagar los dispositivos electrónicos y dejar que la imaginación tome el control.
En tiempos donde la fantasía parece estar en retirada, esta propuesta propone lo contrario: rescatar el poder de lo imaginario, rebelarse contra la domesticación emocional, y reconectar con la magia como herramienta de transformación.