A cuatro décadas del lanzamiento de su 5to disco solista, rescatamos esta extraordinaria charla entre Luis Alberto Spinetta y el periodista Alfredo Rosso, que fuera publicada en la Expreso Imaginario Nº71. En la entrevista, el Flaco recuerda cómo y por qué grabó estas canciones que ya tenían unos años inéditas. Rescate de una entrevista de Alfredo Rosso publicada en la Revista Expreso Imaginario Nº71, junio de 1982.
Spinetta, sobre fantasmas, prejuicios y cegueras
El reportaje a Luis Alberto Spinetta significó una muy grata oportunidad para el reencuentro. Hacía años, literalmente, desde la última vez que nos reunimos -grabador de por medio- en oportunidad de su viaje a Estados Unidos para registrar «Sólo el amor puede sostener». Esta vez la excusa «formal» fue la inminente aparición de su nuevo álbum solista «Kamikaze» pero las formalidades se desvanecieron rápidamente, tan pronto como traspuse el umbral de su confortable casa de Olivos. Lo que siguió fue una charla bien suelta en la que, como era fácil prever, nos escapamos del tema central en varias ocasiones…
Deseoso de comenzar la nota con cierta semblanza de orden formulé la pregunta obvia, ¿cómo se materializó la idea de Kamikaze?
«Lo que Kamikaze es como si yo tirara un lastre a tierra. Como si dejara algo asentado, un signo. No lo viví con la conciencia de que estuviera haciendo un LP solista al 100%. Porque si bien puede considerarse como mi LP más sollsta, es a la vez un álbum donde las canciones están pesando por encima del autor. Porque vienen cargadas con el tiempo y porque han vivido en mi de mil maneras diferentes. Coma yo ahora estoy ocupado con los proyectos nuevos para Jade y otras cosas que deseo hacer, la idea de Kamikaze fue un poco dejar apuntadas esas canciones y hacerlo con mucho amor. Creo que en parte lo logré.
«La idea de hacer Kamikaze está en las canciones mismas. No podía ser que estuvieran todo el tiempo en ese estado latente, porque son canciones conocidas, que el público ha disfrutado a través del tiempo an mis conciertos. Sólo que muchas veces no las he podido tocar, por ejemplo, en conciertos de Jade, porque no encajaban con la estructura de un conjunto, desde el punto de vista estlístico. Al elegir el material que interpreto en vivo me preocupo siempre porque tenga un concepto, por no mezclar estilos. Yo veo a Kamikaze como un álbum documental pero con una dosis del Spinetta que está trabajando ahora en otro proyecto. Ojalá me pudiera tomar ahora la máquina del tiempo y hacer las canciones en el momento en que las compuse, pero…»
Pero al mismo tiempo, en mi opinión, el grabarlas todas ahora les dio una coherencia extra. Además me interesa expresarte mi opinión con respecto al clima del disco. Es un clima íntimo, cómodo, de una cose hecha a gusto. Incluso un LP muy directo. Por ejemplo, a mí me ocurrió el llegar tarde, a la madrugada, poner el disco y sentir muy de cerca la vibración de la música, de las palabras.
Sí, un poco está hecho de esa manera y creo que fue fundamental el grabarlo en los estudios Del Cielito que creo que en este momento es el más genial que hay en la Argentina.
Incluso la idea de grabar qrilltos de verdad en «Barro tal vez» en vez de usar efectos de sonido…
El estudio le píde ese tipo de cosas… Si vos vas con tensión de la big city, sonaste, porque ahí no va. Este estudio resultó ideal para Kamikaze.
Ahora, retomando otra vez el tema de las canciones quería enfatizar que todas los temas elegidos son temas que nunca tuvieron acompañamiento grupal. Esto es importante para comprender el concepto del disco, y el concepto de la compilación de temas porque no podría haber elegido cosas como ‘Tanino’, ‘Bahiana Split’ o ‘Los Espacios Amados’, por darte algún ejemplo, ya que necesitarían una estructura grupal, saxos, batería, etc.
Kamikaze tiene, además, un año de programación. Yo lo debería haber grabado en 1981 pero me desalentó ver que apareció por tercera vez mi LP solista de RCA y la recopilación de CBS, la que me parece definitivamente mala ya que la elección de algunos títulos y la disposición de los temas desdicen la idea misma de una recopllación. Hay cosas mucho más lindas que dejé grabadas en CBS que las que allí se incluyeron, para no hablar de la tapa…
Ya que mencionamos el LP de RCA, estoy seguro que mucha gente que conoce tu obra se preguntará los detalles de ese disco, ya que siempre estuvo rodeado de un gran misterio.
Bueno, ese disco se grabó tras la primera disolución de Almendra (principios de 1971). Por ese entonces todos estábamos trabajando en otros proyectos. Edelmiro planeaba Color Humano, Emilio y Rodolfo ensayaban para hacer Aquelarre. Y yo tenía ganas de viajar, así que encaré la grabación de este disco que se hizo muy rápidamente, se habrán gastado unas 30 horas de estudio. Llevé amigos de entonces, Víctor Kesselman, Elisabeth Viener (la hija de Jean Viener, que había trabajado. con Cocteau en música dadaísta) y me aboqué a la realización de un álbum experimental, cosa que incluso le anticipé a la gente de RCA. Inclusive le dejé un original para arte de lapa a un crealivo del sello. Era una cartulina hecha con: marcador, manuscrita. El álbum se ¡ba a llamar «Spinetalandia y Sus Amigos». Era una música muy espontánea, con decirte que mucho de ese material estaba siendo creado en el momento de ser tocado. Hay flautas, hay aplausos, hay voces, hay conversaciones. Un poco ese caos que, digamos, me abrazaba en ese momento. Es un material que yo respeto, aún cuando hay cosas que analizo desde el punto de vista musical y me parecen de calidad inferior. Pero considero que la expenenca de haber realizado un disco en esas condiciones conceptuales fue para mi importantísima. Hay cosas verdaderamente experimentales que incluso formalmente no son posibles de realizar porque forman parte de una música que hemos perdido, una música tribal o bien la espontaneidad de un no-músico tocando música. Y también en ese disco hay cosas que hubiera querido hacer con la primera versión de Almendra durante nuestro último año como grupo, o bien una obra conceptual clásica concebida en los carriles más homogéneos posibles o bien una música automática en la que el grupo se encerrara a crear sonidos aleatorios sin ningún tipo de limite.
Recuerdo que mucha gente fue a la grabación, en un momento éramos una punta de gente haciendo palmas, creando sonidos y creando formas de comunicación que en ese momento era muy osado intentar. Lo cual siempre crea un conflicto dinámico, es decir, entre la gente que está acostumbrada a lo de siempre y vos que de golpe vas aun estudio de grabación y hacés algo nada convencional, una expresión de arte automático. Recuerdo que cantaba también Miquel Abuelo… hicimos dos temas de Pappo que por error me acreditaron: («Castillo de Piedra» y «Era de Tontos») y uno que me gusta mucho, «Descalza Camina», lo compusimos con Pomo. Pero la ineficiencia dela grabadora extravió o directamente tiraron a la basura mi proyecto de tapa que incluía todos los detalles de grabación, etc:, y encima se ligaron un juicio de los ex-integrantes de Almendra por utilizar sus fotos y el nombre ‘Almendra’ en un LP de Spinetta solista (eso fue en 1a primera edición, N. de la R.). Pero como te decía es un material que yo respeto y que aprecio con la perspectiva que me da el tiempo.
Las barrabasadas que las grabadoras han hecho con tu obra y la de otros músicos nacionales podrían llenar todo un capítulo de anécdotas. Pero al mismo tiempo los músicos han contraatacado creando sus propios anticuerpos en la forma de sellos y producciones propias, etc. Ahora, por ejemplo, vos controlás todos los aspectos de la producción y eso parece haberte dado por fin una tranquilidad artística.
Mirá, no puedo hablar de eso sin incluir a Alberto [Ohanian) porque la concreción de toda una idea a partir de la cual yo pueda decir: tengo mi propio sello, imprimo lo que yo quiero y transo con quien quiero es un logro que deviene directamente de mi relación profesional con él. A partir de que él encaró la producción de Almendra y hasta ahora puedo realizar mis proyectos artísticos sabiendo que tengo una infraestructura detrás que me permite además de concretar mis proyectos en la práctica, vivir de eso y sacarme el fantasma de no poder cumplir con mis compromisos por no tener la libertad económica suficiente. Y ése es el límite, lo que más afecta a la comunidad de músicos en general y al crecimiento creativo de esa misma gente porque uno se va pudriendo. Hay excelentes músicos que siguen despotricando por el hecho de no haber podido nunca realizar su proyecto musical porque no hay nadie interesado en producirlo. Entonces, yo por suerte he logrado auto-producirme, auto-abastecerme y muchos otros lo están haciendo y eso da una gran ventaja porque, por ejemplo ye en este momento me dedico a proyectar álbumes y si Dios quiere hasta en un futuro editar álbumes de otros artistas en mi sello en los cuales no existirá ninguna: concesión de ninguna naturaleza, de mado que lo que el artista planee originalmente sea lo que le llegue al público.
Volviendo a Kamikaze, contame un poco la historia íntima de los temas…
Bueno, el tema «Kamikaze» lo hice hace bastante tiempo y lo estrené tocando con la banda Spinetta. Luego lo incluí como material solista. La particularidad que tiene es que en la parte final cuando se escucha ese tarareo, para mí representa el ocaso, el ocaso dela vida. Me imagino el ocaso en un día de guerra en que se han perdido muchas vidas y otras aún permanecen… Imagino al Kamikaze en la lejanía, perdido en esa acción.
«Ella También» es otro tema muy viejo que estuvo a punto de integrar la ópera de Almendra. Lo compuse en Buenos Aires y lo mantuve oculto bastante tiempo: lo conocía gente muy allegada a mí. Al final decidí hacerlo coma material de Jade y finalmente, dada su antigüedad, lo incluí en este álbum…
«Aguila de Trueno», partes uno y dos, los compuse entre el ’74 y el ’75, después de haber leído una crónica acerca de las luchas y de las rebeliones indígenas en las colonias de América del Sur. (El público también lo conoce: como «Tema de Gabriel» N.dela R.)
El tema «Almendra» es un instrumental que compusimos con Eduardo Martí (Dylan para los amigos, el turco Dylan). Una vez en Villa Gesell estábamos tocando con el trío de Lito Nebbia y nos subimos con el turco y lo hicimos. Fue la única vez que lo tocamos en público.
«Barro Tal Vez» es una de mis primeras composiciones. Es el tema que la gente conoce como la «Zamba».
«Ah, Basta de Pensar» es un tema de la época entre «Desatormentándonos» y «Pescado 2». Un tema de mucha fuerza que compuse dentro del Chevy de Jorge Pistocchi con una guitarra acústica.
«La Abeja Reina» lo compuse cuando Dante, mi hijo mayor, tenía apenas días, a: fines de diciembre del ’76 y estuve a punta de hacerlo con diversas formaciones pero siempre quedó ahí.
«Tu amor es Una Vieja Medalla» es un material que en principio lo había pensado como material de demostración para enviar a Estados Unidos. Un día lo grabé con Gustavo Bazterrica y lo mandé.
«Quedándote o Yéndote» es un viejo tema que hicimos con Eduardo Martí en la época en que hicimos ese otro tema, «Almendra», y lo estrené tocando como músico invitado en unos conciertos con los MIA. Se llamó en su momento «De Tu Alma».
Por último «Casas Marcadas» es un viejo tema que quería hacer con Invisible. Lo quería tocar con guitarra de 12 cuerdas y en ese momento no pude tener la guitarra, así que lo dejé de lado porque me pareció que. no se podía realizar. Ahora tampoco tenía la guitarra pero pensé que no importaba.
Los tipos que escuchaban a Almendra —primera versión— en los años sesenta y que por entonces transitaban la adolescencia encontraron en el nacimiento del rock nacional un elemento que integraba su bagaje cultural al igual que libros, películas, obras de teatro que fueron formativas para esa generación. Después vino otra generación. Después vino otra generación que tuvo un acceso mucho más restringido a libros, películas; etc., pero que sigue teniendo un contacto, digamos, con alternativas culturales a través del rock. ¿Cómo sentís vos ese rol, un poco como de hilo conductor?
A mí lo único que siempre me aterró fueron los prejuicios, porque los prejuicios van debilitando la evolución de las ideas, ¿no es así? Lamentablemente, por ejemplo declaraciones de Piazzolla hace unas noches en un programa de radio confirman que hay mentalidades que evidentemente se resisten a cambios. Aún la de un genio como Piazzolla. El tipo habló y dijo que nos poníamos ropas de cuero, calaveras en el pecho, parecía que estuviese hablando una vieja gorda de los años 60. Aparte, nosotros amamos su música, viste, a cualquier pibe le preguntás si le gusta Piazzolla y dice que sí por que siente que forma parte del lugar donde nació y que es uno de los pocos, de los primeros renovadores, ¿verdad? Y bueno, y el tipo está al revés, y es doloroso tenerlo que aceptar. Y yo le tengo miedo a eso. A un «afranciscanamiento», no sé, que debamos ser todos soldados de una música o de un concepto musical o de una idea poética o de una idea de letras que tengamos que militar en comentes prescriptas en la música. Eso es lo que menos le deseo a las nuevas generaciones. Les deseo que tengan la libertad de poder crear, pintarse, disfrazarse, tocar rock pesado, rock liviano, medio, con soda, con filtro, qué se yo… es decir que exista una verdadera libertad. La música actual si no es libertad no suena. Y hay que bancarse a The Cars, a The Police y hay que bancarse a todo lo que esté hablando de algo y no pretender que todo sea ni virtuosismo ni que todo sea balada testimonial semi-socialista porque a lo que yo más terror le tango es a eso, a la «balada social». Que no antepongamos el concepto de «balada social». Porque se pueden declarar principios mucho más fácil y mucho más divertido y menos «comprometida» desde el punto de vista del lenguaje musical.
La ideal es que pueda entrar todo y que cada cosa tenga su lugar y si es posible su lugar más justo. Lo ideal es que exista libertad en los géneros que se jactan de estar apuntando hacia la libertad. Tenés que considerar que hay una gran masa de gente que no gusta ni de la música progresiva, ni del rock, ni de la balada social. Que escucha otra música, que escucha a Cadícamo o que escucha a Antonio Prieto o lo que sea. Y bueno, y qué, ¿le vamos a lavar el cerebro para que escuche otra música? Tenemos que caer en una realidad bien compacta y darnos cuenta dónde hay valores que están en el lenguaje del pueblo y le tenemos que dar su valor a ésos productos pero dejar que todos puedan esgrimir su producto; si no lo nuestro sigue siendo una codificación, en pos de una mejor música, pero una codificación al fin. Y la buena música, se impone sola. La música popular se forma haciendo música. Con las idas y venidas. Con las pifiadas y los aciertos, con las genialidades y las batateadas pero haciendo música. No en una parafernalia de ideología en la que unos por un lado pretenden que todos seamos bandoneonistas y que nos vistamos como si fuésemos sacerdotes o que tengamos que vestir el viejo modelo de rock agresivo. Pienso que cada uno tiene que moverse con su propio esquema y hay que producir más música y hablar menos.
Por otra parte an Argentina se ha eliminado aquel complejo de inferioridad o dicho de otro modo aquel fantasma de que todo lo: que venía de países anglosajones era impresionante…
Sí yo en ningún momento sobredimensioné la capacidad de los ingleses y de los norteamericanos pero sí te diría que hay muchas obras de arte creadas en esos lugares y gue nosotros también estamos en condiciones de crear música tan buena o mejor que ésa, la música de nuestro tiempo, con nuestro lenguaje, y ocupar nuestro lugar. Pero también es cierto que por otro lado tenemos muchas cosas que aprender de los norteamericanos, por ejemplo, en el sentido de cómo realizar la música, sobre todo en el plano técnico, en el plano del audio. Y hay que aceptarlo sin prejuicios aún ahora en que por la situación planteada en las Malvinas los gobiernos de esos países son enemigos de la libertad y de la soberanía de los pueblos. No por eso, te decía, tenemos que confundir las cosas a nivel creativo, artístico, taparnos los ojos y dejar de disfrutar de las buenas cosas. Sería el peor error que puede cometer un argentino de esta generación.
Pero además pienso que el argentino de esta nueva generación de artistas ya se sacó el fantasma de competir con eso. Incluso siente que es mucho más que eso. Y tiene que empezar a tallar. Y está sucediendo. Hay muchos artistas en nuestro país, ahora, que tocan todo tipo de música en castellano, con un lenguaje netamente nacional. Esto hay que vivirlo como un proceso creativo, de proliferación creativa para el futuro. Y no pretender que seamos los principales exportadores de música y que todo el mundo siga el ritmo de la música popular argentina pero sí darnos cuenta que llegó el momento de exportar nuestra música, quizás por primera vez en serio, con nuestro lenguaje, y poderlo llevar a cabo por lo menos en todos los países de habla hispana.
Pero también será necesario que esta unidad que se ha logrado en el país como consecuencia de este conflicto bélico reafirme su carácter democrático en el futuro. Que la eficiencia de las administraciones que luego ejerzan el poder traigan bienestar finalmente al pueblo al cual ahora le están pidiendo sangre. Y no que luego, cuando haga falta la eficiencia para poder esgrimir nuestro poder intelectual estemos a menos.
Retrocediendo a épocas de cacerías de brujas…
Exacto. Que se trate de entender que estamos en un mundo tecnológicamente nuevo en donde la música va a adoptar la forma de la musa que le corresponde en esta era. El otro día leyendo una nota que salió en el diario, el director de orquesta Herbert Von Karajan decía que estaba cansado de la gente vestida de etiqueta en los conciertos de música clásica. ¿Y quién es realmente el que dispone que deba ser así? ¿Quién determina eso? Hay que terminar con todo eso. Hay que dejar de resucitar a lo que está muerto como si fuera el Extraño Caso del Sr. Valdemar. Hay que enterrar al muerto para que la tierra se nutra y crezca una nueva semilla. Yo lo que pido, una vez más, es desprejuicio, pido libertad para que del producto de todas esas imaginerías, del producto de todos los que tienen ideas surja el trazado general de una música popular avanzada, que pueda ser exportada. Hay que hacer que el argentino vuelva a usar el sentido del gusto. Un sentido que nunca perdió sino que ante tantos fracasos, sobretodo en el orden social, se bajó la sensibilidad general.
En este momento en nuestra música hay muchas cosas que tienen sus bases echadas con firmeza y sobre esas bases se van a apuntalar cosas que van a ir hacia arriba, siempre y cuando no exista una ceguera, siempre y cuando exista humildad para darse cuenta el lugar que cada uno ocupa.
Reportaje: Alfredo Rosso
Fotos: María Martínez