Con apenas 22 años, esta cantante de Palomar es la última apuesta musical de Gustavo Santaolalla con un álbum debut de puro pop rock. La nota de Pablo Pereyra, para Los Andes.
Florencia Caserta, o simplemente Flor, es desde hace tres meses la compañera actual de gira de Axel Fernando. En su recital del Bustelo, ella cantó cuatro canciones como telonera y aunque podría ser intimidante hacerlo frente a una horda de dos mil féminas, salió airosa de la experiencia, incluso consiguió que varias de las presentes corearan su hit “Jazmín”, el primer corte de su álbum debut que actualmente gira por los rankings radiales y los canales de música.
En un lapso de cinco años, pasó de cantar en bares del conurbano bonaerense a grabar una placa con su padrino artístico, el percusionista y guitarrista Pablo Romero de la agrupación Árbol y editarlo con la producción de Santaolalla, llevándose con él dos nominaciones a los premios Gardel.
¿Pero de donde vino esta cantante de figura frágil pero con postura de rockera pop? Es que Flor se crió en el ambiente del oeste de Buenos Aires, cuna de bandas como Árbol, Los Piojos y Divididos, en un ambiente donde la rutina diaria se activa con banda de sonido de La Renga y Redondos. Es más, el hoy baterista de los creadores de “Qué ves”, Catriel Ciavarella, integró la banda de Flor durante unos años. Sin embargo, toda historia tiene un principio.
Nace una estrella
Una tarde, mientras tomaba clases de guitarra con los músicos de la banda under Guillermina, la escuchó cantar uno de los amigos. Era Pablo Romero. Mientras ella terminaba “Dos más dos” de La Renga, Romero ya estaba convencido de invitarla a grabar “Mañana en el Abasto”, el clásico de Sumo para un disco de covers que estaba produciendo con músicos del Oeste. Fue el primer demo de Flor al que se le sumaría después “Sonámbulos”, canciones que sin querer entrarían a su disco, mientras abandonaría definitivamente la idea de estudiar diseño. Desde ese momento ella, que ni siquiera había cantado en los actos de la secundaria, armó una banda y comenzó a presentarse por Haedo, Castelar, Hurlingham y Ramos Mejía, al tiempo que con Romero se tomarían dos años en terminar la grabación del álbum, que cuenta la leyenda, pronto llegó en manos de Santaolalla.
El gurú de la música latina se llevó el máster a Los Ángeles y pulió al máximo el material insuflándole coros, cuerdas, violas y teclados. Finalmente salió editado bajo el sello Universal y como era de esperarse, se ha convertido en un éxito.
El contrato de Flor significó una tutela del estudio y por eso ella teloneó a Juanes el año pasado en Obras, cuando el colombiano tocó en Buenos Aires.
Este verano, Flor actuó en el Gesell y el Cosquín Rock y en su vertiginoso periplo, incluso el disco fue halagado en persona por Meme y Quique Rangel, cuando Café Tacuba visitó el país para rendirle homenaje a Santaolalla.
En esta mini-entrevista, Flor se consagra a responder las preguntas de su explosivo primer disco pop.
-¿Te gustó trabajar en un disco pop?
-En realidad no conocía mucho. Mis referencias pop eran Bandana y Britney Spears, dos extremos pero me pareció súper interesante por el hecho de que el disco resultó muy maleable. No cae en lo naif y en lo que normalmente se relaciona el pop, más si viene del prejuicio de que una mujer lo cante. En ese tiempo justo salió “Chapusong”, el segundo disco de Árbol y eso nos obligó a caminar más despacio con la producción.
-¿Cómo llegó el disco a Santaolalla?
-Por intermedio de Pablo. Cuando Gustavo Santaolalla viene al país se lleva docenas de demos y en una de esas visitas Pablo le acercó mi disco. Gustavo lo eligió entre un montón y yo, ¡chocha de la vida!
-¿Qué escuchabas en casa?
-Escuchaba La Renga y Divididos, nada que ver con esto. Como no venía de un ambiente de músicos, nunca me imaginé que podría hacer una carrera. La influencia la tuve de más grande pero creo que fue a tiempo, en el momento en que salía de la secundaria y me preguntaba qué quería estudiar. De repente apareció Pablo y me demostró que tenía una capacidad que no conocía.
-¿Cómo te sentiste cuando compartiste escenario con Juanes?
-Felicidad pura. Una adrenalina increíble, lo disfruté muchísimo. Llegamos con la banda justo cuando él estaba ensayando y se acercó a saludarme con muy buena onda.
-¿Cómo fue la gira con Axel?
-Hace tres meses que viajo con él y en estos días terminamos. Hubo una buena convivencia desde el principio, por lo que el equipo de Axel se volvió una familia, así que cuando salía al escenario, lo hacía relajada, con mucha contención.
-¿Cuáles son tus canciones preferidas del disco?
-Son “Igual” y “Aire”. Cuando me vi en MTV con “Jazmín” me sentí rara; me costó acostumbrarme a que la gente haya recibido así de bien disco, ya que adoro estar arriba del escenario, lo disfruto. Quiero seguir tocando en vivo todo lo que más pueda. Eso no lo quiero perder nunca. Salir del under significó algo extraño, pero tenés al menos la seguridad de sonar bien.