Previo al show del 3 de junio en el Teatro de Flores, Hernán «Mantu» Mantoani, cantante y guitarrista de Bulldog, adelanta cuáles serán los nuevos lanzamientos de la banda y reflexiona respecto al nuevo modelo de la industria musical luego de la pandemia.
-Dentro del género del punk rock, durante casi tres décadas, la movida siempre se mantuvo centrada en las mismas bandas grandes surgidas a finales de los 80 y principios de los 90. Daba la sensación que durante ese periodo no hubo recambio con bandas que se hayan mantenido en el mainstream por varios años. ¿Ves que en este contexto post pandemia finalmente encontramos un recambio generacional con banda que empiezan a llevar mucha gente y se posicionan como líderes de la escena para los próximos años?
Sí, comparto lo que decís y de hecho lo empezamos a ver en eso en Buenos Aires, Rosario, San Luis y Córdoba y está buenísimo que suceda, porque, como siempre digo, con todo respeto, de otra forma solo quedarían las mismas bandas de siempre tocando para fiestas revival de los años 80s y 90s. Entonces es necesario el recambio y la gente joven. De hecho, son los que más público generan. Sino veamos esta nueva movida del trap. Eso lo mueven mucho los jóvenes, si bien quienes estamos tocando hace muchos años, sabemos que son los sellos los que en definitiva deciden que estilos quieren meter y la gente termina consumiendo eso.
-¿Hoy Bulldog sigue manteniendo público de todas las edades o sienten que los nuevos géneros de moda les han quitado seguidores jóvenes?
En los shows por suerte sigue habiendo eso de tener gente de todas las edades. Si tocásemos solo para los old school serían cada vez menos los que nos viniesen a ver, simplemente por un tema de edad. No sé si pasa en todos los géneros, pero el punk-rock quizás es una música, que por el estilo de las letras hace que para muchos adolescentes sea la puerta de entrada a los recitales.
-Teniendo en cuenta que en cierta forma se ha democratizado el acceso a la música y su promoción casi inmediata, lo cual tiene su lado positivo. ¿Qué te genera que bandas como ustedes tuvieron que pelearla durante 10 ó 15 años para tener reconocimiento y hoy cualquier artista puede hacerlo en muy poco tiempo con un tema que la pegue?
La verdad no me genera absolutamente nada. Yo creo que está bueno hacer el camino, sino es como que no tenés los cimientos para hacer un edificio. De todos modos, es lo que decía anteriormente, lo que se escucha es lo que te muestran o quieren mostrar, porque es lo que le genera plata a los dueños de los sellos. De todos modos, creo que el tema no es solamente llegar sino mantenerse. Vamos a ver si dentro de 4 o 5 años estos artistas que hacen trap siguen tocando o están atendiendo un parripollo.
-Y en su caso, ¿Cómo logran seguir luego de 30 años juntos?
Nosotros por suerte nos hemos sabido mantener en el éxito, como otros grupos como 2 Minutos o Cadena Perpetua. Haberse mantenido es un éxito en sí. Igualmente se ve el recambio generacional, y creo que es lo que nos hace mantenernos vivos y nos da ese plus para seguir avanzando. El secreto es moverse.
Después tenés el contexto país, donde te rompés el orto, y vas a tocar por todos lados y te llevás dos pesos en el bolsillo. Muchas veces eso no te da el respaldo o las fuerzas para seguir empujando.
-¿Durante cuánto tiempo más se imaginan en la ruta?
Nosotros nos divertimos, y nos encanta hacer lo que hacemos y el grupo humano que tenemos es buenísimo. Ahora cuánto más tiempo más vamos a seguir no te lo puedo decir porque pasa lo mismo que con cualquier relación humana. Nosotros ya tenemos 50 años y quizás algún día alguno de nosotros dice «yo ya me cansé de esto».
-¿Sentís que cumplieron todo lo que se propusieron cuando comenzaron?
No llenamos un River y esa nunca fue nuestra meta. Sin embargo, hay cosas que pasaron que nos excedieron de alegría, cosas que jamás imaginamos cuando empezamos allá hacia fines de 1989 con 16 años, como pudo haber sido grabar un disco, compartir escenario con genios que escuchábamos de chicos como los Ramones, grabar y cantar un tema con Marky Ramone ó irnos a tocar por todo Latinoamérica y España. Somos muy agradecidos. Al no ponernos un objetivo quizás tan grande e ir día a día, tener como meta divertirnos, hace que sigamos disfrutando lo que hacemos. Ahora como decía antes, ¿Por cuánto más? Y qué se yo, no podría decírtelo.
-¿Qué sentís que cambió en la banda post pandemia?
Post pandemia nos reinventamos, empezamos a hacer todo solos, sin productora ni manager.
Lo bueno que está pasando es que nos suena el teléfono. Creo que esto nos pasa por el respeto que nos ganamos al tener 30 años de carrera de trabajo honesto y respetuoso con los locales donde tocamos. Eso nos lleva a que hoy podamos trabajar con mejores producciones. Por ejemplo, ahora fuimos a Córdoba después de mucho tiempo y tocamos en un lugar hermoso que estaba lleno de gente. Nosotros no sabíamos qué iba a pasar, si íbamos a quedar olvidados o si íbamos a tener esta buena respuesta. Pasó lo mismo con San Luis.
-¿Sienten que la clave es seguir tocando y tocando por todo el país?
El trabajo es ese. Nosotros hemos abierto el camino en Puerto San Julián, Río Grande, Playa Unión, donde no iba nadie. Y ahora, para que tengas idea hasta Marky Ramone fue. Uno piensa que bueno haber abierto un camino, un circuito de música de rock, que es lo que a nosotros nos gusta.
-¿Cuáles son los proyectos que se vienen el en el corto plazo?
Se viene este show en CABA, que es muy importante porque hace mucho que no tocamos ahí. Además, nos quedaron muchas cosas pendientes porque en la pandemia cumplíamos 30 años e íbamos a hacer shows grandes tanto en Rosario como en Buenos Aires. Entre otras cosas íbamos a hacer un libro, hecho por un periodista rosarino del palo que es fan de la banda, que por suerte ahora ya estamos con la impresión. Va a ser de la historia de Bulldog pero vista desde el punto de vista del autor. No es una historia ostentosa contando mi vida privada.
Lo otro pendiente es un documental que estamos retomando. Esto lo lidera Luis Hitoshi Díaz, quien ha hecho grandes documentales como el de Invasión 88, y también es muy amigo nuestro.
También tenemos dos videos nuevos por grabar del último disco y muchas fechas. Tenemos todo lleno de acá a julio. Nuestra forma de ver el grupo es estar siempre en movimiento
-Por último, ¿Cómo haces para mantener nivel en la composición? Si uno analiza las bandas siempre los mejores discos de las bandas de punk rock son los primeros dos o tres. ¿Cómo manejás la presión de estar a la altura de lo que en algún momento pegó tanto con temas que fueron muy radiales?
Cada disco tiene su tiempo. Ya lo analicé. Lo que se hizo en su tiempo es de ese tiempo, tenías una edad y te pasaban ciertas cosas. Diez años después probablemente te pasaron otras cosas y tenías otras cosas para decir, o estabas enojado en el momento de componer. Por lo tanto, si bien uno va aprendiendo y siguiendo una cierta forma de componer no aprendés qué es lo que te va a salir. No es matemática, es inspiración, son momentos. Quizás estás triste y te sale un temazo. No hay fórmulas para mí, hay épocas y momentos y hay cosas que van saliendo. En este último disco nos relajamos mucho en la forma de composición. Ya andar buscando algo o cierta fórmula no va.
-De hecho, en su último disco, Filosopunk, se animaron a hacer un un cover de un tema de folklore, La noche sin ti, que fue el primer corte del álbum.
Sí, es un temazo y llegó al millón de escuchas. Me pasó en la pandemia que llegue a los Huayra. Los tenía de nombre y escuché la canción y dije que buena composición. La saqué con la guitarra y la armé en un estudio casero durante la pandemia. Se lo pasé a los pibes y lo armamos.