Andrea Alvarez tocó con Soda Stereo y Divididos. Sacó su segundo CD solista. Habla del aborto, de qué le pasó con Soda y de su relación con el ambiente del rock. La entrevista de Silvina Marino, para Clarín.
«Estoy harta de ser buena». Eso dice la inscripción que lleva Andrea Alvarez en su remera. Pero no ahora, es en la foto de su último disco, Dormís?. En realidad, es la única imagen del booklet en la que usa remera: en el resto, está desnuda. «Es un disco que fue parido por una necesidad mía de hacer una explosión, de verme, de registrarme, de escucharme, de hacerme caso», dice hoy, sentada en un banquito de su sala de ensayo sobre la calle Mario Bravo.
Y habla de su segundo disco solista que es el primero en el que siente que pudo sacar la voz y cantar mejor, «porque tenía algo más verdadero, más real» para decir. Y porque acababa de despertarse de un largo sueño (¿dormís? es, entonces, una pregunta retórica) con una incipiente carrera como cantante y compositora. Pero también con una larga trayectoria en el rock, que incluye haber sido percusionista de Soda Stereo, baterista de Divididos e invitada de tantos otros como Charly García, Siete Delfines, Attaque 77 (con los que actualmente está de gira como telonera).
Ahora, justo después de hacer las fotos para la nota y justo antes de un ensayo con su propia banda (un power trío que completan el guitarrista Mauro Quintero y el bajista Franco Fontanarrosa) tiene casi la misma alta energía que cuando toca y canta sobre el escenario. Con un discurso poderoso y directo pero también sensible, sobre todo, cuando habla de su hijo (Pablo, de 10 años, que tuvo junto al baterista de Attaque Leo de Cecco) o de ella.
¿A quién le dedicás el disco?
A mí. Y no es por egoísmo: estoy convencida de que, si uno no está bien con uno, no puede estar bien con nadie más.
¿Estás en pareja?
No. A veces, sí; a veces, no.
¿Tenés ganas de estar en pareja?
Más o menos. Me gustan mucho los varones. Me dan ganas de enamorarme y, no sé, no es tan fácil. Sí me dan ganas de tener un compañero, esa sería la palabra. Porque uno tiene necesidades, aparte de sexuales, de la vida…
Andrea Alvarez cuenta que tiene un fotolog en el que incluye sus reflexiones tipo diario íntimo, que armó como una manera de acercarse al público más joven y que renueva todos los días. Ahí pone lo que le va pasando, los libros que lee o viejas fotos con grupos como Soda Stereo.
¿Qué recuerdos rescatás de tu carrera?
A nivel profesional creo que Soda Stereo fue un quiebre groso: es el día de hoy que yo sigo siendo gracias a eso, soy resultado de eso. Fue muy fuerte, muy intenso y muy importante. Divididos, también. Cuando toqué la batería con ellos pude tener una situación hasta orgásmica tocando. Esto fue antes de La era de la boludez: era tanta la exigencia musical que yo no podía siquiera controlar, tenía que dejarme ir y eso me dejó muy expuesta emocionalmente. Después rescato experiencias con todos, con gente como Los Tipitos, ahora Attaque.
Pero su Gran Proyecto es solista. Y, desde su lugar como compositora, toma partido por causas aunque diga que «los artistas queremos que todos nos quieran y uno a veces pierde el eje tratando de agradar». Está muy claro que, en sus canciones, no busca agradar. Como en Olas, un tema de Dormís? basado en un proyecto, titulado Mujeres sobre las olas, por la despenalización del aborto. «Nadie está a favor del aborto pero su legalización terminaría con el comercio de bebés y la muerte de muchas mujeres, los embarazos adolescentes. Acá hay una doble moral: en los países donde es legal, la tasa de abortos es bajísima», dispara. Y habla de una «sociedad careta, en la que cualquiera que tenga conciencia de ciertas cosas tiene un choque: si no formás parte de un rebaño, vas a sufrir igual».
¿Te sentís marginal?
En un punto estoy re metida en el establishment del rock, pertenezco a eso como personaje. Pero, en mi proyecto personal, estoy en letra chiquita. A mí me gustaría compartir mi música con más gente. Pero que pase lo que tenga que pasar.