Se cumplen 45 años del primer regreso de Almendra. Antes de aquellos tres shows en Obras (y de una mini gira nacional), Spinetta, Molinari, Del Guercio y García le contaban a la Revista Pelo cómo reinterpretarían aquellos temas clásicos, las diferencias entre este grupo fundacional y sus respectivos proyectos y sobre cómo esperaban que la gente los recibiera.
Rescate de una entrevista publicada en la Revista Pelo Nº121, diciembre de 1979.
La magia persiste
Diez años atrás, se separaba una de las formaciones más importantes del rock argentino: Almendra. Precursores del género en el país, la separación ofreció la perspectiva de cuatro individualidades, cuatro músicos que enriquecieron al rock con su aporte. Diez años más tarde, y clausurando una década de música argentina, Almendra se reúne con su formación original. Molinari, Spinetta, Del Guercio y García decidieron volver a unirse a partir del deseo de reencontrar la vieja magia, ahora maduros y revitalizados por sus experiencias individuales.
La gran incógnita de esta nueva unión de Almendra es si sólo se trata de un hecho eventual o existen posibilidades a largo plazo. Resulta difícil discernir el interrogante a través de las declaraciones de sus cuatro integrantes.
Todos coinciden en que se trata, por ahora, de un hecho eventual, casi casual, surgido simplemente de la necesidad de tocar de cuatro músicos cuya relación humana es muy fuerte.
Por otra parte, hay que considerar que cada uno tiene su propio proyecto en desarrollo. Edelmiro Molinari consiguió su radicación en Los Angeles, donde ya se encuentra establecido. Luis Alberto Spinetta grabó un álbum solista en los Estados Unidos, que significó una oportunidad aún difícil de dimensionar. Emilio Del Guercio continúa con su proyecto de lanzarse con una banda de apoyo, La Eléctrica Rioplatense, un proyecto que aún no pudo desarrollar plenamente. Y por último, está Rodolfo García que actualmente se desempeña como baterista del grupo Tantor, una formación que recién empieza a mostrar su música, con buena repercusión.
Todos estos elementos pesan a la hora del balance definitivo. Aventurar si Almendra continuará después de los conciertos de fin de año o, si como sus miembros aseguran, sólo se trata de una re-unión pasajera, estaría en el terreno de la especulación.
Lo que parece seguro es que la banda podría quedar re-unida a través de estos eventos y juntarse eventualmente para hacer conciertos y algún disco de vez en cuando. Como para que la llama mágica no se consuma.
Una experiencia futura
Luis Alberto Spinetta: “A mí me resulta muy gratificante todo esto. Habiendo sido amigo de los chicos durante muchos años y ahora volvernos a juntar, por ejemplo, para pasarnos las voces… Es muy gratificante. Además, hacía mucho que no sentía armonías vocales. En Invisible se plantearon algunas cosas así, y con Pescado Rabioso, pero nunca con aquel criterio de cuatro voces.”
Rodolfo García: “Luis resumió, por lo menos, lo que pienso yo también. Creo que hacer un balance nos sobrepasa un poco.”
L.A.S.: “Comenzamos preparando el material viejo y esbozamos el nuevo, y se avecinan cosas lindas. Además, con las posibilidades del sintetizador, hay perspectivas de hacer un trabajo impresionante. Y en cuanto a sensibilidad, la cosa está tomando color. Estoy abordando proyectos tan versátiles, tan diferentes. Me encanta estar ocupado en este proyecto y nada más, en este momento. Esto me parece un racconto, a la vez que una experiencia futura.”
El acontecimiento de su reunión sobrepasa, en buena medida, el hecho mismo de Almendra. El grupo ahora viene a significar parte de una historia, dispuesta a impedir ser desterrada de la faz de la música. Ellos son conscientes de que hay diez años detrás de su nombre y cuando se les menciona el tema responden con gran cautela.
R.G.: “Con esto, también se terminan diez años del rock argentino, la década ’70-’80.”
L.A.S.: “Sí, se puede tomar la cosa así, con las debidas delicadezas del caso. Nosotros sabemos que provocamos un hito, pero el deseo de unirnos no está basado en el deseo de provocar un hito, sino de juntarnos a tocar y divertirnos nosotros. Obviamente, si queremos hacer algo para la gente, como grabar un disco, tenemos que hacerlo interviniendo en el medio donde nosotros habitamos. Por eso, provoca un hito, pero antes estuvo la idea, un poco mágica, de decir: “¿Por qué no tocamos?». No íbamos a tocar en el Kraft o en el Luna Park, no porque tocaríamos una sola vez. A partir de eso, se comienza a reunir energía para el evento. Pero más que intentar provocar un acontecimiento, tomamos a este espectáculo como una consecuencia del hecho de que toquemos juntos.”
Edelmiro Molinari: “Sentí deseos de hacer esta reunión. Incluso estando en Los Angeles, lejos de ellos, no significó absolutamente nada para nuestra relación, que no se puede decir que es humana o musical porque es totalmente diferente. En realidad no puedo hacer un análisis de cómo sentí todo esto, sino que simplemente me di vuelta y aquí estamos dispuestos para tocar. Desde que llegué no paramos de tocar entre nosotros, y ni siquiera tomé contacto con todo lo demás.”
L.A.S.: “Por ejemplo, hace dos semanas que no voy al baño…”
Transmitir el sentimiento
R.G.: “Pienso que la gente que va a ir a escucharnos va a ser un público variado, surtido. Algunos van a ver nuestra primera época, los de una edad intermedia, los que siguieron la trayectoria de los integrantes de Almendra y también creo que irá el público muy joven que sólo nos conoce por los discos.”
L.A.S.: “Además, las facetas individuales van a servir para que acceda otro público. Honestamente, te digo que no estamos preocupados por personificar a algo.”
L.A.S.: “Ojalá suceda algo bueno para la gente, esa es nuestra única intención. Así como para nosotros juntarnos y tocar “Hoy es todo hielo la ciudad” es algo muy lindo, nos gustaría transmitir a la gente ese sentimiento. Es la única intención de todo esto.”
En el campo meramente informativo, la re-unión de Almendra significa otros proyectos, entre ellos la grabación de un álbum, conteniendo el puente entre el pasado y el presente, en plena elaboración, de los cuatro.
R.G.: “Tenemos la idea de hacer un disco pero no tenemos nada concreto con respecto a la compañía que lo distribuirá. El disco lo vamos a hacer de todas maneras.”
L.A.S.: “Inclusive, si no arreglamos con ninguna grabadora, vamos a editarlo de manera independiente.”
R.G.: “Todavía, después de diez años, es tan difícil grabar un disco con un conjunto de rock!”
Persistencia y existencia
L.A.S.: “Por el concepto con que se maneja la producción y las compañías grabadoras, se hace todo más embromado. De alguna manera, los productores han retirado el apoyo de hace unos tres años atrás para el rock. Si se compara la cantidad de gente que asistió durante el año a conciertos, en relación con espectáculos masivos como el fútbol, por ejemplo; y si se compara la cantidad de discos vendidos entre la diversidad de estilos musicales, que con calidad, se exponen en el mercado, te vas a llevar una sorpresa. Eso habla de una persistencia, más que de una existencia, y es el mercado que más vende, salvando las gansadas que golpean en el ambiente más condicionado. Pero estamos hablando de gente creativa, no de gente que gusta de otras cosas y a la que nosotros no vamos a poder impulsar. El cálculo de probabilidades de que eso ocurra es muy bajo. Lo cierto es la gente que ha comprado nuestros discos sin que nosotros tengamos publicidad ni promoción, incluso es esa gente la que permite que un disco salga bien editado, bien impresa la tapa. Todo esto sigue funcionando y no hay que pensar en etapas de crisis. Hay que dejar que los tipos que están en crisis piensen en crisis. En la música no puede haber crisis. Ahora ya no nos miran como ‘bichos raros’, como sucedía en aquella época, pero siguen existiendo las limitaciones.”
E.M.: “Habría que determinar también qué es entender o no en esto. Habría que hablar de las compañías grabadoras como empresas destinadas para producir dinero. Y en ese sentido es lo mismo acá como en Estados Unidos, por ejemplo. Y no sé si nos incumbe tanto hablar de esto.”
L.A.S.: “El desgaste depende, cuando el artista se relaciona con las grabadoras, del trato que realice con ellas y cómo planearon sus obras. Hay muchos músicos que piensan que los demás van a hacer lo que él quiera, y eso se basa en el control de cada artista sobre su obra.”
E.M.: “El bajón en el negocio de la música no sólo es, como algunos creen un fenómeno estrictamente argentino, sino que, hasta hace dos meses, no había nada que vendiera realmente y las compañías estuvieron cambiando y echando a los más altos ejecutivos en Estados Unidos. Eso es producto de una gran cantidad de cosas. En estos momentos, por ejemplo, lo primero que hizo sonreír a las compañías fue la edición del último álbum de Led Zeppelin, que vendió tres millones de discos ni bien salió, y a la vez, removió todo su catálogo y el de otros grupos de rock.”
Aguerrido y enérgico
R.G.: “En la Argentina, lo que siempre pusieron a disposición del músico las compañías grabadoras fue el estudio de grabación y la fábrica para hacer el disco. Posteriormente, el disco vendía en la medida en que el artista hiciera conciertos y se promocionara. La difusión siempre estuvo aparte, salvo cuando una grabadora tuvo su propio programa radial, que fue ‘Alternativa’. Era una difusión selectiva, no real. Antes era relativamente simple hacer un concierto chico o mediano, pagar una pegatina de afiches. En estos momentos, hasta eso es difícil de hacer por los costos. Al no existir la promoción de las grabadoras, que por otra parte nunca existió, y las presentaciones en vivo de los grupos, todo parece más difícil que antes o se hace más notorio el bajón. El criterio de las grabadoras no varió, sigue como antes. Antes no gastaban un mango en difusión y ahora tampoco. La diferencia está en lo otro, en la organización de conciertos”.
La reunión de Almendra tiene, además de la obvia y necesaria rememoración, la nueva música que están elaborando. Cualquiera puede imaginarse la confluencia de sus experiencias individuales, pero pocos podrán determinar a priori dónde se encontrarán musicalmente, hasta qué punto esas partículas de pasado realmente han muerto.
E.D.G.: “Los temas que estamos tocando, los viejos, suenan más aguerridos, más enérgicos. Al parecer, todos nos pusimos más histéricos, al correr de los años”.
L.A.S.: “Hay una especie de magia persistente en cada tema de los que encaramos del repertorio viejo. Si bien se podrían practicar modificaciones, que implícitamente están dadas por la forma de tocar de cada uno ahora, aunque las canciones no se adapten fácilmente a cualquier modificación, los viejos temas suenan nuevos. Es distinto que Spinetta como solista los toque y otra muy diferente cuando Almendra produce ese tema. La posibilidad de experimentación es muy grande, distinta a cómo lo hago con mi banda. Hay un proceso de autofagocitosis bastante grande. Creo que tanto Del Guercio, como García, como Molinari, como yo, somos bastante grandes. Además de haber libertad, también hay un criterio almendriano que se da. Es un criterio diferente de todo lo que he venido haciendo desde la separación de Almendra. No lo puedo comparar con ninguna experiencia musical anterior. Mi viaje a Estados Unidos es un juego al lado de esto. Allá las condiciones eran de otro tipo de abundancia, o de lo que fuera, la parte discográfica estaba determinada de antemano, todos los detalles bajo control; y esto también lo va a tener. Aquello, lo de Estados Unidos, desde el punto de vista efectivo, es hacer un disco más, aunque diferente de lo que grabé después de la separación de Almendra. En cambio, Almendra es mi música en sí, haciéndola con ellos, sabiendo lo que puede llegar a dar, y pienso que lo mismo le debe pasar a ellos. Obliga a una actitud diferente, y esperamos que al público le pase lo mismo”.