Con una estupenda actuación, regresaron al célebre escenario porteño y presentaron los temas de su último material discográfico.
Amor y odio. Fantasía o realidad. Tolerancia e intolerancia. Mentira o verdad. Cara y ceca. Dualidades que inspiraron canciones. Opuestos, quizás complementarios, reunidos en un álbum.
“Allá en la cima o bajo el mar falla la vida, no hay oxígeno y tenes que regresar”, describió Rodrigo Manigot en “Polos”. El vocalista de Ella es tan cargosa evitó ambigüedades en el relato. De ese modo, comunicó acertadamente la idea que inspiró el cuarto disco de su banda.
El clima brindó un contexto magnífico: calor primaveral en una noche de otoño. La confusión meteorológica acentuó el contraste que planteó el grupo a través de su música. Un leve matiz acústico complementó a la distorsión y reforzó el concepto en el ámbito sonoro.
“La banda de sonido de tu vida”, “Blackout” y “Una noche de aquellas” iniciaron el show. La sala perfumada por un aroma beatle resplandecía al ritmo de las melodías creadas por el quinteto nacido en Castelar.
“Últimos cartuchos” arrancó las primeras palmas mientras los músicos prescindían de sus abrigos. Un cuarteto de canciones bastó para elevar la temperatura. “Paz”, “Sol” y “Carmen” narraron amoríos con desenlaces disímiles. Sin embargo, tuvieron algo en común: versos que resaltaron las diversas facetas de la feminidad.
“Pueblo fantasma”, “Autorretrato” y “Llueve” produjeron una nueva antítesis. La efusividad del público contrarrestaba la delicadeza que emanaban los temas por medio de su lírica. Tras “Hoja en blanco”, “El escorpión” y “En redondel”, Rulo Manigot anunció una gran celebración por los 15 años de la agrupación. “Será en noviembre. Todavía no definimos el lugar”, anticipó.
En una excelente versión de “Hey bulldog”, perteneciente a The Beatles, resumieron todo su poderío: el mordaz despliegue de El Tano Baccega en las seis cuerdas más la plasticidad vocal exhibida por los hermanos Manigot.
Apremiados por el tiempo, decidieron suspender los bises. Apelaron a sus hits para coronar un concierto donde la riqueza estuvo en los contrapuntos. Arremetieron con “A trasluz”, “Ni siquiera entre tus brazos” y “Pretensiones”.
“Muchas gracias por compartir una noche increíble”, expresó el cantante. “Botella al mar” musicalizó una despedida que obsequió la última antinomia: el solitario retorno al hogar luego de una velada entre camaradas.