Leonor Marchesi se presentó en el ND Ateneo en un único show que quedará plasmado como una noche de rencuentros, tal como ella misma lo adelantara.
Fue el reencuentro con su público local, que esperaba hace tiempo verla en vivo otra vez. Y con la gente de Nexus, también. En los albores de su carrera, durante la etapa de Púrpura, ambas bandas solían tocar juntas. Hoy, dos décadas después, volvieron a reunirse arriba de un escenario.
El primer segmento de la noche estuvo a cargo de Nexus, la banda de rock sinfónico progresivo que presentó su próximo disco «Perpetuum Karma», con Luis Nakamura en batería y percusión, Daniel Ianniruberto en bajo y teclados, Carlos Lucena en guitarras y voz, y la destacada actuación de Lalo Huber en teclados y coros.
Luego del intervalo, llegó el turno de Leonor Marchesi. Con un imponente traje salió a escena, haciendo gala de su voz con un fragmento del aria «Ebben Ne Andro Lontana», dando inicio de este modo a un repertorio de aproximadamente hora y media, que abarcaría temas de sus discos «Encrucijada» y «Rosas de Metal», además de algunos recuerdos de la época de Púrpura como «Luz de mediodía», «Las horas se destiñen» y «La luz esta por entrar». Incluyó también un tema nuevo titulado «Blues de Fuego», un adelanto de su próximo trabajo.
Leonor se lució nuevamente interpretando la intro de «O mio babbino caro» de Monserrat Caballé, reconocido por ella como una de sus influencias dentro de la lírica. Su voz impecable es el ingrediente clave de un show, cuya fórmula consiste en el equilibrio de la gracia y soltura de la artista con una potente banda, compuesta por Pablo Maturana en batería, Andrés Dulcet en bajo, Carlos Lucena nuevamente en guitarra, Rossana Truccolo en teclados, voces y arreglos. El resultado: una fuerte química, evidenciada en cada uno de los temas.
La noche en su totalidad estuvo signada por la fuerte reminiscencia ochentosa que caracteriza tanto el sonido de Nexus como el de Marchesi, la femme rockera cuyo estilo, siempre dentro del hard rock, asentó las raíces de la tradición metalera que otras bandas más recientes continuaron.
El show culminó con el público de Leonor cantando al pie del escenario, dando muestras que la devoción hacia la artista sigue intacta. Como si llegara para quedarse. O, mas aún… como si nunca se hubiese ido.