Turf conmemoró los 20 años de su segundo disco «Siempre libre» con un show tremendo en un Niceto «sold out». Invitados de lujo, una banda que no tiene grietas en su sonido y el privilegio de volver a escuchar un disco que, dos décadas después, se re significa aunque en sus días fue poco valorado, tanto por la crítica como por el público.
Con una puntualidad digna a la que nos tienen acostumbrados los artistas internacionales, el pasado sábado Turf pisó el escenario para interpretar por completo «Siempre libre». Vale la pena aclarar, para los distraídos, que este disco marcó un hito en la banda liderada por Joaquín Levinton por la búsqueda conceptual a la que se habían lanzado después de Una pila de vida, su primer disco que fue más rockero y los llevó a telonear a The Rolling Stones. El show fue impecable desde la puesta en escena simulando un pantano (tal como se ve en la tapa del disco) como en la ejecución de las canciones con los arreglos originales del álbum, más otras grandes sorpresas.
El disco fue interpretado en orden cronológico y con un sonido impecable. «Ésta creo que nunca la tocamos en vivo», mencionó Joaquín antes de comenzar «Aterrizar», una de las perlitas de la noche. La lisérgica «Valle de la Luna» sirvió de intro para «Esa luz» y «Piolines» que, además de ser acompañadas por unos bellísimos arreglos de cuerda, contó con la presencia de Coti Sorokin, quien fue productor del disco homenajeado. «Coti nos abrió las puertas cuando nadie quería grabar con nosotros», dijo Levinton sobre el compositor de «Color esperanza».
Volver a interpretar estas canciones luego de tantos años, y teniendo en cuenta el momento por el que pasa la banda, es toda una declaración de principios. La libertad es un lugar por el que Turf se siente muy a gusto; jugando con las melodías y demostrando que además de la fiesta característica que propone la banda, también hay espacio para la introspección y un viaje profundo de exploración. La primera parte del show terminó con Coti y todos los músicos que acompañaron a la banda durante la noche, interpretando la emocionante «Siempre Libre II» y dándole el broche de oro a la celebración de un verdadero discazo.
«En un rato volvemos con otro tipo de Turf», adelantó Levinton. Así fue como 15 minutos después la banda regresó para culminar la noche a puro ritmo. Sonaron «Panorama», «Disconocidos», «4 personalidades» (con la participación de Vicentico y su hijo Florián), «Magia Blanca», «Pasos al costado» y el final a puro pogo con «Yo no me quiero casar, y Ud.?».
Después de lo vivido el sábado, la palabra libertad en la música no parece algo tan utópico. Turf supo hacer, deshacer y volver a hacer tantas veces como lo desearon, sin importar las consecuencias.
Al fin y al cabo el arte se trata de esto… de ser Siempre libre!
Foto de archivo: Cecilia Salas
