La banda sufrió una transformación de la que salió fortalecida. El letrista y cantante del conjunto se había alejado seis meses antes. En la presentación de anteanoche; los fans mostraron su apoyo a la nueva formación. La crónica de Mauro Apicella, para La Nación.
Se dice que una extracción de sangre puede ser algo «saludable». Aunque la comparación pueda parecer grosera, se puede decir que el cuerpo de Los Pericos sufrió una importante extracción de sangre, hace seis meses, cuando el Bahiano, letrista y cantante, abandonó a sus socios. Algunos podrán pensar que el grupo quedó decapitado. Pero eso sí que sería exagerado. Porque anteanoche la banda volvió al ruedo, pletórica. En las bandas de rock, la figura del cantante suele ser la referencia principal y el caso de Los Pericos, con 17 años de carrera musical, no ha sido la excepción. Muchas de las más famosas formaciones tienen en los cantantes fortísimos sellos de fábrica. Y esto se debe a que en estos géneros más que en otros de la música popular los rasgos característicos de las voces aparecen en el timbre y en los gestos exacerbados de las voces. La prueba está en datos muy simples. Basta con un ejercicio. Si se los quiere imitar, hay que recurrir a esos rasgos tan personales. En un inglés trasformado en cocoliche y con algunas onomatopeyas en el fraseo se puede armar una rápida (aunque oprobiosa) caricatura de Mick Jagger. Para Vicentico hay que mecer la afinación. Con decir «¡chira para arriba!» se identifica a Miguel Mateos. A otros hay que buscarlos por el lado de la ronquera, el sonido nasal o las enes y las vocales largas y envolventes; al Bahiano, con un «uoio» y mediante una extraña fusión de consonantes.
Con ejemplos como éstos, cuando se produce una deserción algunos prueban con un cantante extragrupal. De ese modo se arriesgan a cambiar buena parte de esos rasgos de identidad gracias a los cuales muchos grupos son rápidamente reconocidos por los oídos del público. Otros deciden destacar una voz que aparece dentro de las propias filas, fortalecen al grupo y actualizan el compromiso con los fans. Esta fue la decisión de Los Pericos.
Anteanoche, la sala de El Teatro estaba colmada. Las tribus pericas repitieron el ritual de siempre, sólo que esta vez lo vivieron con otra intensidad, con el deseo transmitir su fidelidad, hecho que quedó demostrado, por ejemplo, en la bandera de 11 metros por 15 que desplegaron los seguidores conocidos como «Los de siempre», devotos de la banda desde hace algo más de una década.
El guitarrista Juanchi Baleirón se hizo cargo del micrófono y durante casi dos horas Los Pericos repasaron hits, estrenaron dos temas, mostraron nuevas versiones de viejas canciones y, en prueba de agradecimiento a todo ese gentío, recrearon títulos de su discografía que habían quedado en desuso («Los Patos», «Agradezco que respiro», «Eso es real» y «Mangos»). También invitaron al cantante Guillermo Bonetto y al grupo celta de gaitas y tambores SAPA (South American Piping Association). Además, mostraron un entusiasmo de adolescente y con la furiosa versión de «Pupilas lejanas» confirmaron lo sanguíneo de esta nueva etapa grupal.
Con el tiempo, Juanchi se irá desprendiendo de algunos fraseos heredados del Bahiano. Ya pasaron la primera prueba. Todavía queda un examen importante que llegará al momento de grabar el próximo disco.