Saratustra, la banda del oeste, se presentó en La Guarida, con el debut argentino de Once Tiros.
Ya entrado el nuevo día y después de transitar por distintos lugares de la noche porteña decidimos recalar en el Teatro La Guarida, Newbery 3510, donde se anunciaba la presentación de Saratustra, banda oriunda de la zona Oeste del Gran Buenos Aires.
El clima caluroso y húmedo de la noche se acrecentaba en el interior del recinto, mucha gente esperaba en la puerta y mucha decidía combatir el veranito porteño con algún brebaje de extraña procedencia. Consultamos con venían los horarios y nos avisaron que en instantes actuaría Once Tiros, uruguayos por naturaleza, que desembarcarían en la capital por primera vez.
La idea de escuchar un poco de música en espera del cierre seducía, el espacio reducido hacía que lo pensáramos dos veces, pero allí fuimos. Esquivando cuerpos sudorosos nos ubicamos en un lugar donde pudiéramos apreciar bien el show. La banda descargo una batería de temas de letras incisivas donde el ska, el hardcore y los ritmos latimos se fusionaron para dejar en nosotros esa grata sensación de querer mas. Al compás de la música o de la performance del cantante Pablo Silvera «El Negro» movimos un poco nuestra modorra y disfrutamos de un interesante espectáculo. Uruguayisimos que se las traen, pronto tendrán mas información.
Saludamos algunos amigos del rock y esperamos a Saratustra. La banda liderada por Pipi Silva se adueño del reducido escenario para armar la fiesta. Al son de «Latino», «Rata» y «Falta»pusieron al público en conocimiento de que la mano venía de diversión, salto y baile asociado. Para esta altura la temperatura oscilaba los 50º grados y en los rostros de los músicos se notaba. Tuvimos de todo, murga, ska, reggea y esa mezcla latín pop que suena tan bien con el adorno perfecto de los caños bien al frente. La voz se encarga de transmitir en forma clara y contundente las letras que por si solas merecerían un párrafo aparte.
Así fue transcurriendo el show donde los covers de «Clandestino» (Manu Chao) y «Ojalá» (Juan Luis Guerra) tuvieron su lugar como anticipo del final a cargo de «Camorra». Las cuatro de la matina nos encontró caminando la ciudad retornado a nuestras casas con la satisfacción de tener el alma llena de música del palo y promesas para el futuro. Ya saben si les acercan un disco de Saratustra u Once Tiros no dejen pasar la posibilidad de escucharlos, nos lo agradecerán.