El ex Cadillac mostró en el Luna Park las canciones de su flamante «Los Rayos» e intercaló temas de su vieja banda. La crónica de Sandra Commisso, para Clarín.
Rayos y centellas se dispararon desde el escenario. Con un poderoso efecto de tormenta eléctrica, Vicentico arrancó su show del viernes en el Luna Park para presentar el disco Los rayos.
El efecto tormentoso se prolongó durante el primer tema,El cielo, con un Vicentico de guantes y remera con leyenda de Kiss, contrastando con sus músicos, de camisa blanca y corbata. Con La libertad, el cielo ficticio del escenario se despejó y el público reaccionó con palmas. Las armas fue el turno para el azul y rojo, repetido en las remeras de muchos de los chicos del público. Ahí empezó a lucirse la trompeta de Ervin Sturtz y un verdadero ejército de percusionistas: Daniel Buira, Pol Neiman, Matías Ruiz y Nelson Ropi.
Después llegó el momento de repasar viejos temas como Vamos y Demasiada presión, con el público de pie. Una luz blanca acompañó el dulce dramatismo de Todo está inundado.
Recién en el octavo tema, el cantante saludó con un «buenas noches» y evocó a Tito Lectoure: «Casi le quemo su hogar con el cigarrillo», dijo apagándolo antes de introducirse en El barco. El leve ritmo de bolero continuó con uno de sus hits, la versión de Algo contigo. En ese momento, una luz amarilla hizo salir el sol en el escenario y la gente acompañó. «Voy a hacer un tema, un poco más lento que como lo hacía antes con un grupo que yo tenía». Y se largó con El satánico Dr. Cadillac. Casi como de la nada llegó al escenario Flavio cianciarulo, ex Cadillac, que se sumó a la banda para enganchar enseguida con Mal bicho.
Sonó Desapariciones de Rubén Blades y una aclaración de Vicentico: «Cuánto hace que escuchamos historias de gente que es llevada, que se pierde. ¿No es hora de plantarnos de verdad?».
El clima volvió a ser festivo con Tiburón (Blades) y Los caminos de la vida(Geles Suárez), los dos covers de Los Rayos, para el final. La salida para los bises fue al grito de «Olé, olé, olé, gordoooo, gordoooo» que el cantante tomó con humor para arremeter con Culpable, con la gracia de las cuerdas (guitarras, bajo y contrabajo) y teclados de Daniel Castro, Leandro Bulacio, Marcelo Muir y los coros de Juampi di Saverio.
Soy feliz estuvo a tono con el ánimo de Vicentico que a esa hora ya había intercambiado comentarios ácidos y humorísticos con el público. El escenario fue un estallido de colores para seguir con un final efervescente en Carnaval toda la vida y Se despierta la ciudad.
Y hasta hubo tiempo para dos temas fuera de programa, a dúo con «el hermano Flavio, para recordar fabulosas épocas: Gallo rojo y Yo no me sentaría en tu mesa. El final, entre emotivo y circense, fue con un choque de panzas y abrazo de osos con su amigo y un nos vemos pronto, para la gente, con un cielo totalmente despejado.