León Gieco se presentó en Río Ceballos en el marco de las giras interminables que hace por todo el país.
La cita fue el jueves pasado en la localidad cordobesa de Río Ceballos. Sin
demasiada publicidad, León convocó por si sólo y el lugar se pobló
rápidamente. Dos horas de canciones que llegan hasta el fondo del alma de
quien las escucha, mientras algunos acomodaban su reposera y la conservadora
para disfrutar el espectáculo con la comodidad de un día de campo.
El show comenzó pasadas las 22:30 con León en el centro del escenario
cantando a capella Cinco Siglos Igual. El recorrido por su cancionero continuó
con La Memoria y La Guitarra de su disco Bandidos Rurales. «La última vez
que toqué acá fue en el año 80… no me contratan muy seguido», resaltó con
humor.
El espacio para la nostalgia llegó de la mano de Carito y Cachito Campeón de
Corrientes, uno de esos temas donde Gieco pinta con sus acuarelas vocales el
paisaje del interior del país. Justamente, hizo subir a los fotógrafos y
camarógrafos para que le sacaran una foto junto al público para mostrarle a
«los porteños» que nada termina después de la General Paz. Y ahí nomás,
continuó recorriendo el litoral con ese Himno al Chamamé que compuso junto a
Tarrago Ros.
Distendido y conversador, entre tema y tema había una frase que despertaba
risas o aplausos. Señaló que estaba orgulloso de estar en la ciudad donde se
realizará el Campeonato de la Bolita y el Balero, promovido por Alejandro
Dolina que anteriormente había hablado con el público a través de una
pantalla. «Las revoluciones también se hacen cantando», enfatizó y El país
de la libertad, La Cigarra y De Igual a Igual se cantaron hasta que las
gargantas no dieron más.
Le cantó a Las Madres del Amor, recordó los Bandidos Rurales y una vez más
se autoproclamó el Ídolo de los Quemados. Se alejó unos minutos del
escenario y regresó con Bajo el Sol de Bogotá, La Cultura es la Sonrisa,
Cola de Amor, Aleluya y El Imbécil. Trajo el fantasma de PorSuiGieco con La
Mamá de Jimmy e intentó despedirse con Guantanamera.
Un público de todas las edades, todas las tribus, todos los colores y de
todos lados. Nadie está excluido de los shows que realiza el artista más
amado del rock, el folclore y la canción latinoamericana. Un verdadero
escabeche donde todos participan y los convencionalismos que dividen la
música con burlados de la mejor manera.
Volvió con un puñado de canciones y un invitado fiel: Raly Barrionuevo, un
cantautor santiagueño que desde el folclore recorre la huella de León. Zamba
por Vos de Zitarrosa colmó de emoción el lugar, Pensar en Nada hizo saltar a
los más jóvenes y reconocieron una vez más que son Los Salieris de Charly.
Los Orozcos tuvieron su mención y una ves más La Rata Laly pasó sin que
nadie la pueda aplastar. Solo le pido a Dios, con las manos en alto y todos
de pie marcó el final. Larga vida al Rey León…