Arbol fue sin lugar a dudas la revelación de este Cosquín Rock y Charly estuvo completamente desenchufado.
El sábado comenzó con un atraso de tres horas debido a
una demora en la prueba de sonido de Charly García.
Mientras hacían la prueba el set de cuerdas que García
trajo para su show, la gente poco a poco iba buscando
la mejor ubicación. Promediando las 19hs y con la
plaza llena casi en un 50 por ciento, subió a tocar la
banda rosarina Degradé que con una propuesta muy
interesante se le adelantó a Charly interpretando el
tema Los Dinosaurios en una versión propia de la
banda.
Luego fue el turno de Ana Bolena, el nuevo hallazgo
del reality show del rock nacional que busca consagrar
la mejor banda under del país. La Pandilla del Punto
Muerto vino con la experiencia que le dan los años.
Mostrando su nuevo CD que lleva el nombre de la banda,
uno de los pocos (si no es el único) CD nacional que
viene en lata, realizaron un show donde mostraron su
fuerza en vivo y la calidad musical que los
caracteriza.
Los Navarros no se presentaron porque su set fue
cambiado para el domingo, por su parte Dancing Mood
no estuvo presente en el festival. Pero los que si
estuvieron fueron Agrupación Eskabeche estrenando los
temas de su nuevo trabajo discográfico que será
distribuido por DBN. Mientras Estelares se subía al
escenario, fuimos en busca de un vasito de Fernet y
nos sentamos a escuchar la conferencia de prensa
Pappo.
Palo Pandolfo y la Fuerza Suave, Pequeña Orquesta
Reincidente, La Portuaria… de a una iban pasando
fugazmente las bandas sobre el escenario mientras el
sol se ocultaba detrás de las sierras.
No tocaron el jueves para no compartir escenario con
Attaque, al menos eso aclararon los organizadores del
Cosquín, banda con la cual tienen diferencias
ideológicas. Los Violadores, contundentes y
contestatarios como siempre, pisaron el escenario de
Cosquín reviviendo la leyenda del punk de los ´70. Más
políticos que nunca, terminaron su set gritando junto
a la gente «Viva La Revolución». Un Pil Trafa con todas
las luces y Violadores dando un gran show a pesar de
la ausencia de Estuka por encontrarse en Estados
Unidos arreglando la papelería que le permita regresar
a la Argentina.
LA REVELACION
Luego de Violadores vino el turno de Árbol. De fondo
un trapo que reproducía el arte de tapa del disco
Chapusongs, al frente más de 15mil personas dispuestas
a escucharlos, en el medio un grupo de músicos que
dejaron todo en el escenario. A las 22:40 se escucha
una voz muy familiar que reza «Aquí……ARBOL» y la
locura se desata con toda la fuerza mientras Pablito
corre de punta a punta el escenario y termina a pocos
centímetros de la gente cantando sobre el techo del
sector de cámaras.
«Vomitando Flores» llegó para confirmar que con un poco
de chispa todo se puede, incluso despegar de las
vallas a los cientos de chicos que desde las 16
aguardaban aferrados a las tablas para poder tener la
mejor vista de lo que sucedía en el escenario. Desde
atrás de un parlante, el «Perro» Hemaides mira las
locuras de este grupo de músicos. Ellos corrieron los
micrófonos ampliando la porción de escenario que les
tocaba y mientras cantaban La Nena Mostruo Pablo los
iba uniendo con un rollo de papel higiénico que quedó
tirado del día anterior cuando tocara Carajo. Ya lo
sabemos dio un respiro al público y a las voces para
después volver con todo en el tema «Rosita». «Cosa Cuosa»
mostró otros matices musicales de esta banda
polifacética. El cariño de la gente fue total al igual
que la entrega de los músicos, sin embargo al cantar «La
Vida» se sinceraron: «Con tanta gente estoy cagado en
las patas y me olvidé la letra», manifestó Edu.
Anticiparon su despedida con «Ya me voy» pero el final,
como no podía ser de otra manera, fue con la version
de «Ji Ji Ji» de Los Redondos, la cual es interpretada
al final de cada show solamente con un juego de voces
entre todos los integrates de la banda.
Completamente ovacionados por el público se retiraron
después de dejar en el escenario todo y un poco más.
La banda se olvidó de los problemas de sonido que
reinaron durante todo el festival y corrieron por
todas partes con micrófono en mano o sin él cuando el
cable no llegaba; se mimetizaron con la gente, se
divirtieron y por sobre todo transpiraron la propia
camiseta dejando de lado en ese momento las
condiciones adversas o las incomodidades que podrían
tener en el escenario. El mejor show de este Fernet
Cinzano Cosquín Rock que viene a mostrar como
revelación o sorpresa a una banda que
desde hace diez años viene trabajando con las mismas
ganas, haciendo cosas a pulmón y que necesitó de la
llegada de Santaolalla para salir a la luz. Revelación
o Consagración, lo mismo da, lo importante es saber
que dentro del rock que se viene para los próximos
años exista una banda como esta capaz de mantener su
esencia a pesar de los mejores contratos y las notas
televisivas.
DESAYUNANDO CON «ROCKY» GARCIA
Después de tremendo pogo con Arbol decidimos vagar por
la plaza en busca de un lugar tranquilo para descansar
los pies. Así que mientras escuchábamos a Pappo
haciendo temas como Blues local, «Ella es como un
Angel», «Buscando un Amor», «Aquel Gato», «Botas Sucias» y «Yo
te amo más», nos tomábamos una cervecita mientras se
consumía un cigarrillo. El Carpo presentó nueva
corista, una morocha muy agraciada que desvió todas
las miradas masculinas. «Ruta 66» y «Rock and roll y
Fiebre» marcaron el final del show del Carpo según los
amigos de SADAIC, porque mientras Pappo terminaba de
hacer su show bajamos a los camarines para despedir al
amigo Pil que volvía a Buenos Aires un tanto
decepcionado por este Cosquín debido a problemas de
grilla y, sobretodo, sonido.
Los Pericos subieron a tocar por primera vez en este
evento. Recorrieron los hits de sus últimos discos y
recurrieron a los clásicos de Pampa´s Reggae para
levantar público. Actitud María Marta fue la banda
encargada de rellenar el bache de silencio que dejaba
el cambio de set de Pericos a Autenticos Decadentes.
La incorporación de estas chicas a último momento se
dio en medio de numerosas críticas, debido no solo a
que su nivel artístico no es deslumbrante, sino
también a que la cantidad de grupos pautados para esa
jornada era demasiado amplia.
Los Auténticos Decadentes subieron a mostrar algo de
su último disco, antes de tocar dialogamos con Cucho,
el cantante de la banda. Muy poco queda de los viejos
Decadentes, más allá de los discos de esa
época, ahora se los ve sumergidos en una fama efímera
que no asegura ni dice nada, pero que sin embargo
parece cambiar a las personas. No obstante, en la
Plaza la fiesta eta total.
A las 4:00 subió a tocar Fito Paez acompañado por
Aloras, Badalá y compañía. Entre rumores de
infidelidades que poco interesan a la hora de escuchar
su música, Fito sacó de su repertorio tradicional
temas como «11 y 6», «El Chico de la tapa», «Tumbas de la
gloria», «Circo Beat», «Tercer Mundo», «Ciudad de pobres
corazones», combinados con algunas canciones de
Naturaleza Sangre. Cuando promediaban los 90 minutos
de show, llegó el final con «A rodar» y el clásico: «Mariposa Tecknicolor».
Charly sube a tocar a las 6:00. Con el telón cerrado
se escucha su voz diciendo: «¿Está todo el mundo
listo? Los que tengan algo para fumar fumenló ahora
porque es el momento». Saco y pantalon negro con sus
tradicionales garabatos dorados, camisa roja y
guitarra en mano salió a interpretar «Desarma y Sangra».
Al interpretar el segundo tema, «Cerca de la
revolución», los problemas comienzan: Charly toma tres
micrófonos de los cuales ninguno funcionó
correctamente. Tira todo y dice a su gente: «Say No
More se caracteriza por tener todo bajo control, gente
que prueba los micrófonos… alguien es responsable de
este descrontrol». Rompe su guitarra y dice «Vamos a
tratar de arreglar esta mierda, quiero tocar». Fito
que miraba desde un costado no lo podia creer, durante
su actuación el sonido también había sido muy malo, pero
supo pilotearlo. Charly no se bancó tantos
errores. Las puteadas hacia el sonidista bajaban desde
todos lados, la empresa encargada de esto era la misma
que hiciera el sonido de Los Piojos en River cuando
tuvieron también problemas, y fue la encargada del
sonido en los Cosquín anteriores.
Los chicos estaban confiados en que Charly regresaría,
pensando en que era uno más de los desplantes del
músico. Ocuparon su tiempo en pedir que regrese el
anterior sponsor del festival e insultar a José
Palazzo y al Perro (Productores del show). Desde algún
lugar se escucha: «Les habla el comandante Say No
More, estamos pasando por una turbulencia, sigan las
instrucciones y esto va a salir genial», dijo Charly,
que ubicado nuevamente junto a las teclas agregó: «Yo
en mi casa no tengo plomos… El rock nació más, dice
Moris… Viva la cueca y el bombo, la concha y la
pija, Mercedes Sosa y todos los giles que estuvieron
acá».
Tres temas más y otra vez a lo mismo: «Yendo de la Cama
al Living» fue el primero del regreso, mientras lo
cantaba un chico se coló por un costado del escenario
a lo que García refirió: «Este boludo es
anticlimático, ¿cómo se va a subir ahí?». «Promesas
sobre el bidet» y «El amor espera» fueron los últimos
temas Pateó todos los micrófonos, pisó su guitarra
y se fue directo al sonidista para insultarlo. Esa es
la última imagen de García en el escenario.
En ese punto se aguardaba su regreso pero con más dudas que
certezas, luego de casi media hora sube una persona y
hace señas a los stages de que pararan de armar porque
todo había terminado. Se escucha un abucheo masivo por
parte de quines seguían atentos lo que pasaba en el
escenario. Ya son más de las 7am y está aclarando. La
gente está cansada después de tantas horas aguardado
ver a su ídolo. Al ver que empiezan a desarmar, todo un
grupo rompe algunas butacas y comienzan a arrojar
piedras y bombas al escenario. Desalojan a la prensa e
invitados que observaban el show desde la fosa del
escenario, entre ellos las hijas de José Palazzo quien
sufrió una descompensación a causa de los nervios.
La plaza en pocos minutos se transforma en un caos de
gente que corre hacia las salidas mientras otro grupo
de gente rompe el vallado e intenta subir al
escenario. Afortunadamente no hubo heridos de gravedad,
salvo un colega que recibe un cascotazo en la cabeza y
un policía con heridas leves. Intervino la policía y
los efectivos de la seguridad privada para apaciguar
los ánimos, cosa que se logró en poco tiempo. No hubo
destrozos en la vía pública ni agresiones fuera de la
plaza. Para la anécdota quedó el cruce entre Perro y
el manager de García que pedía más plata para que
Charly terminara su show, antes de que se desataran
los disturbios.
Charly salió por la parte de atrás escoltado por todos
sus músicos. Sus últimas palabras antes de irse fueron
«Gracias chicos, nos vemos mañana». Las intenciones
del músico eran tocar un par de temas al día
siguiente, lo cual le pareció a la productora del
evento un riesgo inútil e innecesario ya que la gente
no sería la misma que pagó el sábado su entrada.
Un buen sonido hubiera evitado esto, de eso no quedan
dudas. Pero muchos atribuyen a la actitud de García
sobre el escenario el inicio de la violencia. Lo claro
es que un festival como Cosquín Rock no puede
permitirse tener fallas tales en el sonido que
provocan que desde la banda más chica a la más grande
la crítica sea la misma: «no hay retorno, hay acoples,
los graves son saturados y hay un sonido molesto
producido por las luces» que provoca distorsiones. Un
músico puede tocar de memoria aunque el resultado no
sea nunca el mejor, pueden tomar la actitud de Árbol
de no fijarse en el sonido, pero ¿cómo hace Charly
García para cantar si su voz no la escucha la gente?.
La polémica seguirá por mucho tiempo, solo resta esperar
que en la noche del domingo no suceda lo mismo, porque
todos sabemos que la cantidad de personas que siguen a
Los Piojos haría que otra falla de estas provocase un
verdadero problema dentro de plaza.