Gieco y Los Piojos cerraron un Cosquín problemático pero finalmente feliz
Temprano, a horario, comenzó la cuarta noche de Cosquín Rock. La primer banda de la última jornada fue Primitiva que comenzó con Rezo por vos de Charly retomando la agitada noche del sábado y aprovechando la sed no saciada por García. Luego fue el turno de Ave Cesar, esta banda tucumana se plantó en el escenario apoyada por un importante número de seguidores que vinieron desde Tucumán y medio staff de seguridad que lucía orgulloso las remeras que la banda les regaló. Ave Cesar terminó su show con el tema Revolución y rock and roll, uno de los más emblemáticos de la banda ya que resume su ideología y el mensaje que ellos transmiten a su gente.
Los riocuartenses de Naturae demostraron una vez más que en la segunda ciudad de la provincia también el rock vive y se desarrolla con toda su fuerza. No te va a gustar, representantes de la República del Uruguay, tuvieron la responsabilidad de representar su país por la ausencia de Abuela Coca que por estos días se levanta como un símbolo de la música de ese país.
Los chicos de Sur Oculto sonaron con toda la contundencia de siempre, reiterando su desafío de tocar sin voces ni guitarras rock del mejor nivel. Los Los Navarros presentaron su cuarto disco y revivieron el tango de Disepolo, Cambalache.
Si de leyendas y constancia se trata, Omar Mollo vino nuevamente a demostrar que su música sigue vigente a pesar de no casarse con una super modelo ni rotar sus temas por FM comerciales. Con su nueva banda, mostró un impecable repertorio de tangos clásicos como Garua, Melodía de Arrabal, Naranjo en flor y Gira Gira, donde los «piojosos» lo acompañaron fervorosamente. Como Melingo tenía un contrabajo demorado en Córdoba, Omar tuvo tiempo de sobra para concederle al público todos sus caprichos, incluso algunos viejos temas de MAM que fueron ovacionados por la gente. Contento y emocionado llegó a la conferencia de prensa, donde agradeció la presencia de los medios pero demarcó que espera que «llegue el día en que podamos pararnos en una esquina y contestar sus preguntas» sin andar con tantas vueltas y formalismos. Sencillo pero mágico, Mollo sigue siendo uno de los músicos más queridos por el ambiente roquero y un verdadero ejemplo de que ser grande no significa ser una «vedette histérica».
Spinetta hizo un show intachable, como es su costumbre, repasando los temas más queridos de su carrera y de su nuevo disco Música para los Árboles. Canciones como Paraíso, El mar es de llanto, Despiértate nena, néctar, Agua de la miseria, entre otros fueron llegando para demostrar que no solo de ruidos se trata el rock. Su repertorio finalizó con Hombre de lata, Bosnia, Me gusta ese tajo y algunas perlitas más. Mientras su set llegaba al final, León Gieco llegaba para decirle a la prensa «no creo en ninguno de ustedes porque no están escuchando a Spinetta. Así que a ver quien miente primero». Sin dudas León tenía razón, pero el funcionamiento de la sala de conferencias hacía imposible estar en dos lugares a la vez.
Finalmente llegó Melingo y pudo realizar su show, aunque el público no lo recibió de la mejor manera. Es penoso tener que deducir que Cosquín no tiene espacio para músicos de este estilo, que se basan más en la calidad musical que en la fórmula del éxito, sin embargo algunos sujetos limitados en su capacidad de razonar optaron por abuchear a un grande como Melingo.
Gieco llegó una vez más para demostrar que es el más roquero de todos. Con su mensaje social irrumpió en la misma plaza que días atrás lo tuviera formando parte del Festival de Folclore de esta ciudad, donde la frase «porque traen políticos en lugar de músicos» y «subió el surdaje» fueron la radiografía del conservadurismo cordobés, cuestión sobre la cual León no omitió palabras afirmando que le importaba un cuerno aquello que se dijo. Subió cantando a capela Cinco siglos igual y recorrió su último disco de estudio, Bandidos Rurales, junto a los viejos clásicos como La Rata Laly, Los Salieris de Charly, Los Orozcos y Solo le pido a Dios. Como si todo fuera poco, se dio el lujo de interpretar el primer Chamamé de Cosquín Rock: Cachito campeon de Corrientes.
Los Piojos cerraron la noche presentando los temas de su nueva placa. Tuvieron varios invitados entre ellos a Omar Mollo en Gira Gira y a Germán Daffunchio en Shain. Malabares con fuego en Luz de Marfil y algunos detalles más hicieron de su show una verdadera fiesta, donde el esfuerzo para evitar los problemas de sonido fueron constantes.
Cosquín terminó como empezó, con la plaza llena de gente y de críticas. Los productores del evento asumieron parte de las responsabilidades pero aseguraron que no cometerán los mismos errores en la próxima edición… comentarán nuevos.
El rock tuvo su mega evento anual y son muchas las bandas que desfilaron por Cosquín apostando a un mejor 2004. Esto es el rock, mezcla de sentimiento y negocio, de tensión y alegría. Cosquín terminó, y en un par de meses más comenzarán los preparativos para el quinto… la historia continúa escribiéndose y vos también fuiste protagonista.