La diversidad cultural y la lluvia en su máxima expresión estuvieron presentes en Montevideo. Cruzamos el charco y nos mezclamos entre los más de 50.000 personas presentes.
A priori uno podría suponer que La Fiesta de la X “es como el Pepsi Music o el Quilmes Rock, pero uruguayo”, sin embargo ni por asomo de asemeja a nuestros devaluados festivales. Tanto las diferencias musicales y organizacionales, como el respeto y lo diverso del público son factores determinantes. Con muchísima buena voluntad quizá podríamos encontrar alguna que otra similitud con el Cosquín Rock, por lo cultural y federal de su iniciativa.
En el escenario principal se lucieron la efusiva Orquesta Fernández Fierro, Skay Beilinson y León Gieco de Argentina, el ídolo local Jaime Roos y el exponente del rock uruguayo Buitres. Además, la organización dispuso de múltiples áreas entre las que se destacaron: un escenario de tendencias, la zona rave, la carpa del amor, artistas callejeros, Nación Rastafari y un espacio de tango. En resumen: la gama de propuestas contempló desde el candombe a la electrónica, desde el rock hasta el tango y desde el folk hasta la murga, sin olvidarnos del reggae y el ska.
Cuando la melodía tecno habitual anunció el desembarco de Skay en el escenario principal, la atmósfera del parque Roosevelt Sur ya era puro rock. Las banderas, los excesos y el pogo ricotero complementaron a la perfección la intensidad de 15 temas muy aceitados y un violero fuera de serie. En general fue un espectáculo sin muchas palabras (sólo agradecimientos) pero muy convincente, y con una dosis de ricota inconmensurable: el esperado cierre “al palo” con Jijiji, una joyita.
Luego fue el turno de León Gieco: durante la primera parte del show esbozó palabras y canciones ligadas directamente a la lucha de los derechos humanos y protestas políticas y dictatoriales. En cambio, los últimos 45 minutos del concierto sirvieron para que el público cante y baile los éxitos de sus últimos 15 años. El “toque” (como le dicen en Uruguay al recital) de León fue uno de los más aplaudidos, que sumado a los videos que mostraban las pantallas, sentaron uno de los momentos más emotivos de la noche.
Las actuaciones de Buenos Muchachos (Uruguay), Antonio Birabent (Argentina), el escenario Rock Boulevard y los homenajes a Pappo, Hendrix y AC/DC y la Carpa de Música X, sin dudas, causaron sensación en la húmeda noche montevideana. Es obligado comentar la excentricidad del escenario de música electrónica en la playa, una verdadera fiesta…
La amplitud gastronómica (cerveza Patricia, parrilladas y chivitos uruguayos como vedettes, entre otros) y la cantidad de baños fueron acordes a la magnitud de la organización. Sin embargo la nota de color tuvo que ver con la suspensión del recital de Loquillo y Los Trogloditas, histórico y controvertido icono del rock español. Es que mientras Loquillo armaba su set, desde los altoparlantes se anunciaba el cierre de la fiesta a las 3 de la mañana (2 horas antes de lo previsto) por el terrible temporal que azotó a Montevideo. Es así como el Parque Roosevelt Sur, predio elegido por X Producciones para emplazar esta fiesta que se viene realizando desde 1999, comenzó a urgir. La playa, los espacios verdes y los bosques quedaron intransitables, por lo que la gente fue “desagotando” el rockódromo sin mayores inconvenientes.
Es inevitable mencionar que ante la negligencia e intolerancia de gobernantes y demás entidades políticas que por estos días no hacen más que tirar por la borda la excelente relación del binomio argentino-uruguayo, La Fiesta de la X contribuyó para mantener arraigada la solidaridad y el cariño rioplatense de siempre. Nos sobran las anécdotas del viaje para ejemplificar y afirmar esta posición. Sin embargo todo se resume en la música, motor generador de emociones comunes, el espejo cultural más genuino, música como refugio perfecto para una simetría de pasados compartidos, el reflejo de un contexto social con futuro incierto, pero también música como excusa para mantenernos firmes como pueblos hermanos.
La experiencia que nos traemos a Buenos Aires es fabulosa e inolvidable, para poner en un cuadrito. Confirmamos plenamente que esta celebración de la música, la juventud y la libertad de expresión es “el mayor evento artístico y cultural de Uruguay”, tal como es catalogado por sus organizadores. Desde Rock.com.ar fuimos testigos privilegiados del mejor rock, esta vez con la variante “.uy”