El ex-vocalista de Bersuit Vergarabat actuó por segunda vez en el «Palacio de los deportes» con su nueva propuesta musical.
Los seis miembros de la tripulación aguardaban expectantes. El calvo comandante emitió la señal estipulada. Invadieron el territorio con osadía. Caminaron unos pocos pasos y fijaron sus banderas con una asombrosa determinación.
El sondeo de la región comenzó con «Agua del río» y «Estoy real». Inmediatamente, ratificaron su valentía en «La caravana se siente». Gritaron enérgicamente, liberándose de toda opresión. Confiados, interpretaron «Canción para mi cabeza» junto a «Me la juego a morir».
Gustavo Cordera regresó al estadio Luna Park acompañado por La Caravana Mágica diez meses después de su debut. El showman lució carismático, locuaz e intrépido. Cualidades inherentes a su personalidad sobre el escenario.
El Pelado repasó su primer disco en calidad de solista, «Suelto», a través de «Aprendí a esquivar» y «Mensajera». Exploró aún más en su historia para exhumar «La soledad» o «Murguita del sur». Integrantes de la comunidad Qom exigieron una solución a su conflicto territorial: solicitaron una audiencia con Cristina Fernández de Kirchner durante «Madre hay una sola».
«Es tan genuino el enojo cuando brota desde las entrañas. Eso sentí al formar parte de algo que detestaba: la cultura menemista», reflexionó el cantante y obsequió una rabiosa versión de «El tiempo no para».
En un momento irrepetible, Cordera invitó a su padre. «Él me transmitió el amor por el canto», confesó. Entonaron a dúo «Melodía de Arrabal». En el tango popularizado por Carlos Gardel, Federico Siciliano y Goyo Alvarez tocaron sus guitarras; Lucas Colque, el bandoneón.
Los tripulantes percibieron el aroma a victoria. La invasión estaba consumada. Decidieron relajarse y disfrutar. Arrancaron un bloque bailable con «Hablándote», «No es que sea viejo» -junto a Mex Urtizberea- y «Asalto de cumbia».
Estrenaron «Pinto meditación», una canción saludable con ritmo tropical cuyo estribillo aconsejaba: «No necesitamos comprar un papel, llevamos la droga abajo de la piel». La segunda primicia fue un tema autorreferencial calificado por su compositor como «una pintura de mi vida».
«La bomba loca» desató el delirio del público bajo una lluvia de papelitos anaranjados. «¿Quieren hacer lío?», interpeló el frontman y arremetió con «Sr. Cobranza» más «La bolsa», acompañado por los colombianos Doctor Krápula.
Siete dementes representaron a los miles que posibilitaron la nueva conquista lunar. Los elegidos obtuvieron las banderas que simbolizaron el triunfo a modo de gratificación. «Soy mi soberano» y «Un pacto», con la participación de Jaime Torres en charango, coronaron la expedición.
Foto: Catriel Remedi