Catupecu Machu encabezó la fiesta, que realizó su primera fecha de gira por el interior del país, ante más de 3.000 personas.
La moda festivalera, resucitada por el Cosquín Rock, encendió farolitos en las cabezas de los productores. En este caso, el Electro Rock, un festival que fusiona estos estilos en diferentes espacios y de la mano de diversos artistas, es una apuesta exclusiva para el interior. Los que no llegan al Creamfields o a ese tipo de festivales en Capital, tienen esta opción al alcance de sus manos. Varios espacios funcionando en simultáneo, música todo el tiempo, bandas para ver y Dj’s para bailar.
Tanta novedad no podía pasar inadvertida. Los tucumanos esperaron ansiosos la llegada del fin de semana, para participar de la primera fiesta de estas características realizada en la provincia. La grilla, más que interesante, comenzaba con Sr. Valdez (conocidos punk-ska locales), Pornois (electro funk audiovisual: rareza para estos pagos, muy bienvenida al fin) y Catupecu Machu (mucho más que electro rock). Los Dj’s visitantes fueron Doubles (de Brasil), Magda (de Córdoba) y Trincado (de Bs. As.).
La noche comenzó tarde. Luego del show de Sr. Valdéz, la consigna era mirar a la pantalla. Detrás de cuatro chicos (músicos, plásticos y cineastas) con instrumentos y máquinas, las imágenes se disparaban en sincronía total con el sonido. Pornois presentó «Ilumina al mundo» (disco debut). Electro funk en vivo y la tecnología al servicio del músico. «Hacemos los shows acordes al lugar en el que estamos», comentó Juan Rey esa tarde de viernes, y a la noche todo cerraba en las fotos de «La bomba» Tucumana y Mercedes Sosa insertadas en un híbrido psicodélico.
Catupecu Machu dejó las gargantas rasposas. En un show de impecable sonido, coordinación y lucidez musical, la banda arrasó con toda su potencia en algo más de una hora y media. Luego del llenar su primer Luna Park, tres presentaciones en Nueva York y una gira por Chile, los Catupecu llegaron por 5ta vez a Tucumán. Esta vez con un set que incluyó en mayoría los temas de «El número imperfecto», pero sin dejar de lado los clásicos anteriores. Una versión rabiosa de «Ciudad de pobres corazones», de Fito Páez, acercaba el final del show que parecía interminable. Casi 10 minutos de «Dale!», y un final hechizado. Los Catupecu se despidieron con el cover de Héroes del silencio, y hasta la próxima. Quizás el año que viene, cuando haya noticias sobre nuevos trabajos de la banda. «Antes de fin de año vamos a lanzar un EP de seis temas, o más» contó Javier Herrlein en el lobby del hotel esa tarde «para adelantar algo de lo nuevo que estamos haciendo».
Una vez más, Tucumán demostró una acogedora bienvenida a las nuevas tendencias. La gente se quedó bailando junto al brasilero Doubles hasta pasadas las 7 de la mañana. Por su parte, el Electro Rock Festival seguirá girando por el interior del país hasta noviembre y, según se escuchó decir a los productores, podría volver a desembarcar por estos pagos el año que viene, y con una propuesta más amplia. Esperemos.