El cumpleaños de la banda montevideana fue la excusa para un show a sala llena y con muchos invitados. Prometen reincidir en unos meses. La crónica de Andrés Gomensoro.
El Cuarteto de Nos se fundó hace 21 años y es el grupo más extraordinario del Uruguay. En este tiempo pasaron por distintas etapas que fueron desde ser la novedad del momento donde todo el mundo hablaba de ellos y tocaban continuamente a preguntarse qué era de la vida del Cuarteto y después a pasar a ser nuevamente furor con el disco «Otra Navidad en las Trincheras» y desaparecer otra vez (son 21 años) a este momento, que lanzando un disco recopilatorio recuperan el espacio perdido.
Sus temas cuentan historias increíbles y muy graciosas. Los títulos de sus temas son un indicador de ello: «Bo Cartero», «El putón del barrio», «Soy un capón», «El día que Artigas se emborrachó», «Vino en mi jeringa», entre otros.
Son esos recitales importantes de una banda, que se venia anunciando como ningún show anterior. La excusa de los 21 años del grupo fue lo que motivó tanta preparación, aunque el lugar no era de gran capacidad (2.200 personas), no le quita importancia al recital. Ellos nunca fueron un grupo de congregar multitudes, siempre se movieron en lugares medianos y chicos: no todo lo que es masivo garantiza calidad.
El Cuarteto cuenta con la simpatía de todo el ambiente del rock, y así lo demostraron con la variedad en los invitados. Entre ellos se destacaron Dani Umpi (de lo mejor que a aparecido en la escena montevideana) cantando «Escuchando una vez al Cuarteto», Astroboy (también de lo mejor que ha aparecido) con «No soy latino» a solas, Gabriel Peluffo (cantante de Buitres), con una modificada versión de «Andamio Pijuan».
También se destacaron Juan Campódonico (Peyote Asesino y Bajo Fondo Tango Club) productor del último disco del Cuarteto (y según ellos mismos sería el quinto Cuarteto), que tocó la guitarra en una versión punk de «El ultimó oriental desertor» y después se le sumo L-Mental, cantante del desaparecido grupo El Peyote Asesino cantando el excelente «Al cielo no», en versión rapeada. Vale aclarar que cada tema fue adaptado según el invitado, lo que hacia que cada versión fuese bastante distinta a la original.
El recital duro unas dos horas, suficiente para dejar a todo el mundo contento y satisfecho por lo visto y escuchado y con ganas de que se repita. En entrevistas posteriores al recital, Roberto Musso comentó que seguramente a mitad de año organizarán otro show. Ante la pregunta de por qué no hicieron dos fechas, viendo el éxito tenido, comentaba: «Los cumpleaños se festejan un día solo, nadie hace su cumpleaños dos veces, y tampoco queríamos romperles las bolas a todos los invitados que tuvimos para que vinieran al otro día».
El recital terminó con todos los invitados en el escenario cantando «Me agarre el pitito con el cierre». Y se despidieron: «muchas gracias, hasta la próxima».