Pez se presentó en La Plata y mostró casi todo lo que formará parte de «Hoy», inminente octavo disco de estudio del ahora cuarteto.
Se trató de la última oportunidad de ver a Pez en vivo por los próximos dos meses. Es que en octubre dos músicos del grupo van a ser padres de sendas niñas: el baterista Franco Salvador y Ariel Minimal están tejiendo escarpines. Este dato, que podría resultar íntimo, privado o inútil para el lector, tiene un reflejo importante en la obra de Pez. De hecho hay una canción («Al espacio») que parece hacer referencia a esas llegadas.
El recital comenzó pasadas las 23:30 en una sala repleta (pese a los $18 que costaban las entradas) del Centro Cultural Islas Malvinas. Los músicos, todos de rigurosa barba, abrieron el show con dos canciones nuevas: «Fosforito» y «El viaje». El tercer tema fue el único entre los nueve primeros que había sido editado previamente: «Para las almas sensibles» (canción que bautiza el doble en vivo de Pez). Le siguieron otros temas todavía inéditos: «Magia», «Bettie», «A buscar», «Jerry», «Lados B» y «Al espacio», un blues pesado donde se cristalizó una zapada en la que Ariel Minimal apretó mucho el pedal del wah wah. La mayoría de estas canciones están construidas sobre mid tempos, melodías suaves que ganan aires épicos y letras profundas que aluden a sensaciones cálidas y afectuosas. Todas fueron recibidas con aplausos por un público tal vez un poco desorientado por tantas novedades.
Tras eso los músicos hicieron desfilar un par de canciones conocidas para que los presentes puedan disfrutar de algo conocido: primero fue el tango punk «El desengaño» y después un tema incluido en el disco de Flopa Manza Minimal, «El alma herida» (que en su versión original es cantado por Flopa). Y le pegaron, si, otro inédito: «El mar» al que fundieron con un clásico para fans llamado «Campos de inconsciencia». El clímax del recital llegó de la mano de la primicia más vital que mostraron, una chacarera distorsionada genialmente bautizada «La sin nombre» cuya letra arroja frases como «No existe la gloria sino te rendís ante el amor» y «Todo ese sueño ya se terminó/ y nadie te avisa lo que viene después». La intensa canción incluyó un solito de piano fundido a un terrible solo de viola con mucha cuerda estirada y fue de las más aplaudidas.
En los últimos tramos tocaron «Maldición» y en lista figuraban «Haciendo real el sueño imposible» y «Lo que se ve no es real», pero fueron cambiadas debido a un capricho de Minimal por «Siesta» y «El agua es eléctrico».
Si bien las lamentables deficiencias acústicas de la sala conspiraron contra la calidad de sonido, la potencia del grupo pudo ser percibida sin mayores inconvenientes. Pez es una banda que dibuja líneas rectas hacía sus insaciables fans. Y en este concierto les dejó un caminito de migas que devela lo que viene e invita a esperar con ansias el lanzamiento de «Hoy», programado para mediados de octubre. El disco será presentado el 1 de diciembre en el Ateneo y se anunció que el día siguiente van a volver al Malvinas. Será cuestión de esperar a que esa sabia combinación de fuerzas naturales que es Pez vuelva a ofrecer un poco de magia, esta vez con el repertorio conocido tanto arriba como abajo del escenario.