Durante todo el sábado se realizó el evento del under por excelencia. El Paracolos IV contó con la presencia de numerosas bandas de la provincia y el país, en las más de 12 horas que Córdoba le dedicó al under.
Sol de medio día y todo ya está listo para que empiece la fiesta. Poco a poco se van acercando todos los locos a este evento que es exclusivo para ellos. Son casi 20 las bandas que en esa jornada desfilaran mostrando su música y haciendo desmanes sobre el escenario montado en una esquina de la plaza.
La ceremonia de apertura estuvo dirigida por la gente de 60´s. Esta banda de santiagueños radicados en la docta, tocó para las primeras 700 personas que llegaron a curiosear un rato. La posta la tomó Pies de Plomo, banda cordobesa que luego de años y años dentro del circuito roquero y varios cambios de nombre, hoy busca consolidarse en la provincia. Cuando son las 15:30, Low comienza a sonar mientras poco a poco «va cayendo gente al baile».
El punk llegó de la mano de Herederos que, producto del agite propio de la banda, al finalizar su set vendió sus demos como pan caliente. Un material compuesto por siete temas titulado «Que día de mierda».
Una banda cordobesa logró que su nombre en el boca en boca provoque intriga y curiosidad. Más conocidos como los roqueros que no cantan ni tocan la viola, Sur Oculto una vez más demostró que no todo es grito y distorsión. Teclas, bata y un bajo que transpira más que su dueño, sacudieron cabezas y dejaron más de una boca abierta.
Darman y Uncouth trajeron la oscuridad entre las 17:00 y las 18:00, formando parte de otro de los matices interesantes que iba ganando el día. Después de tanto negro, el colorido de La Cartelera puso en escena el ská y algunos toquecitos de cuarteto que no pueden faltar en una verdadera fiesta. La plaza promediaba las 1500 personas que se iban renovando continuamente y el sol brillaba desde su ausencia.
Entre tanta música, cada cual hacía lo que quería: skates y rollers por un lado iban y venían mientras que el mate, la gaseosa y una que otra cerveza camuflada hacían más ameno el pasar de las horas.
El vieto levantaba tierra y Likwid en el escenario aportaba un poco más de música a la noche. Pulsión brindó un muy buen show para dejar al público a punto caramelo para las locuras de Slick y la puesta de Yoisyck.
El aporte de Buenos Aires estuvo a cargo de Eva y Oisin, mientras que Febo y Peskados devolverían el escenario a las bandas locales. Trigger se paró con la bandera del metal, sacudiendo cabezas y entregando animado el público a Rocko.
Nada faltó para que quedara demostrado que realmente se trataba de una ocasión para descubrir bandas nuevas y apoyar a las que de una u otra manera ya resuenan en la docta. Las distintas tribus del rock se dieron cita frente al Cabildo Histórico para dar su apoyo a los distintos grupos y un flor de susto a las viejitas que contemplaban el panorama con extrañeza sin entender porque «hay tantos locos sueltos».
Fresca estaba la noche luego de un día espectacular, y el final de la jornada comenzaba a anticiparse. Detrás del escenario Patricio armaba la batería y Miguel salía al aire por la radio local del rock. Siendo parte de Juan Terrenal, una de las banderas que tiene la música cordobesa fuera de la provincia, subían a tocar en pocos minutos. Por si hacía falta confirmarlo, la gente explotó con la mezcla de dark y rock de los más variados estilos que proponen los terrenales en sus shows.
El cierre estuvo a cargo de Kaos Represivo. Estos cordobeses venían de su gira por Brasil y distintos puntos del país, y desembarcaron en su ciudad para terminar con este verdadero tributo a la lucha que da el under día a día para subir a la superficie.
Un evento necesario y muy bien recibido por la gente de la ciudad, que gracias al esfuerzo conjunto de organizadores y bandas hace posible la difusión del rock de esta parte del mundo.