Tras cinco años, el ex–vocalista de Los Piojos actuó por primera vez en un estadio de fútbol con su nuevo proyecto artístico.
«Si diez años después te vuelvo a encontrar en algún lugar, no te olvides que soy distinto de aquel pero casi igual», cantaba Andrés Calamaro cuando todavía integraba Los Rodríguez. La composición creada por «El Salmón» en 1995 sería una opción para musicalizar el regreso de Ciro Martínez a la cancha del Club Atlético Ferrocarril Oeste, precisamente, una década más tarde.
«Que placer verte otra vez nos decimos sin hablar, hoy todo vuelve a empezar y será lo que ya fue», entonó el frontman persa durante «Antes y Después». La canción incluida en «Espejos» fue la banda sonora de un viaje en el tiempo. El tema incentivó a la memoria para descubrir las conexiones entre la segunda edición del festival Quilmes Rock -celebrada en el año 2004, con Los Piojos como atractivo principal de la última jornada- y el debut en un estadio junto a Los Persas.
Las inmensas pantallas, ubicadas tanto en los laterales como en el fondo del escenario, figuraron un televisor en el que un niño instaló una consola de juegos para armar el grupo de manera virtual. Una vez seleccionados todos los integrantes, irrumpieron con «Banda de garaje».
Tras «Barón rojo» apareció el primer link hacia el pasado: «Arco». Cual creador de su propia matrix rockera, Ciro hilvanó un concierto que amalgamó acertadamente canciones de todas sus etapas artísticas. Hubo murga con «Ciudad animal», baladas como «Tal vez» y matices bluseros con «Loving cup» de Los Rolling Stones.
Sonaron «Curtite» y «Quemado», donde el emperador persa evocó a Luca Prodan con fragmentos pertenecientes a «Don’t turn blue» de Sumo. El reencuentro piojoso con Micky Rodríguez, ex–bajista de la banda oriunda de El Palomar, durante «Tan solo» fue la primera similitud con el show que brindaron juntos en la misma locación. Además, interpretaron «Luz de marfil».
El despliegue escénico de Andrés Ciro es asombroso. Su presencia motiva, arenga y despierta un extraño fervor en las miles de almas que siguen cada uno de sus movimientos atentamente.
Un medley entre las canciones más populares de Los Persas -acompañado por un repaso visual a través de imágenes que resumieron sus cinco años de historia- actuó como preludio a «Caminando». La recreación en vivo de su videoclip incluyó la excelente parodia de su padre a cargo de Katja Martínez.
Luego de «Ay, ay, ay» y «Chucu-chu», apareció la segunda congruencia con el concierto de Los Piojos en el año 2004: «Como Alí». Aquella vez, con un pequeño ring armado en el último tramo de la pasarela y Ciro vestido de boxeador. «Pistolas» fue otra de las canciones que sonó en ambos recitales.
«Servidor», «Vas a bailar», «Mírenla» y «Me gusta», con Manuela Martínez en guitarra, exhibieron la faceta más hitera de la banda: sus melodías pegadizas y estribillos coreables enardecieron a las 30 mil personas que coparon el estadio. La nostálgica tríada piojosa integrada por «Genius», «Pacífico» y «El farolito» obligó a bucear en los recuerdos. Solo el primer tema fue incluido en los dos shows.
Envuelto en una lluvia de papelitos multicolores, Ciro interpretó con su armónica el Himno Nacional Argentino y reavivó su capacidad para conquistar canchas de fútbol diez años después.
Foto: Tatiana Daniele