El dúo compuesto por Sebastián (bajista de Árbol) y Nicolás (guitarrista de Nuca) tuvo su fiestita de cumpleaños.
Nico toca la guitarra y canta, y Sebas canta y toca el stick («un instrumento que consta de 10 cuerdas, cinco para allá y cinco para acá, y que se toca con las dos manos. Una hace así, mientras la otra hace esto. Bueno ahora ya le pueden explicar a sus amigos», según propias palabras de Sebastián). El público usa bonetes y los intérpretes, antenitas que se agitan al son de las baladas electro-electrónicas. Hay un animador que anuncia y cuenta la historia de cada canción.
Las canciones son los ocho pétalos que forman «Margarita», el único disco de la banda: mini experimentos de bases y melodías coloridas que acompañan letras de temas que van desde declaraciones amorosas con giros humorísticos («Gritame!», «Tripa») a elogios dudosos al vegetarianismo («Vegetariana») llegando hasta cuestionamientos metafísicos («¿Para vos quién es Dios?»), sin olvidar que los cuestionantes en cuestión tienen antenas, remeras con sus caras, y un hombre con tutú que acaba de subir al escenario para hacer los coros. Además tres covers: «Yellow Submarine», que hace de banda de sonido al juego de la silla que llevan a cabo seis valerosos voluntarios del publico, «Te quiero te quiero», de Nino Bravo, y «Para decir adiós» de José Feliciano, que trae al escenario a Martin Millán (baterista de Árbol) para acompañar al dúo en los falsetes.
Pero es miércoles, así que la fiesta no puede durar hasta tan tarde. Entonces se rompe la piñata, se sopla la velita, y con un trencito, guirnaldas, y un popurrí fiestero Amarillo se despide.