El sello argentino Leader Music, licenciatario en el país del catálogo Music Hall que adquirió una compañía mexicana, lanzó los siete primeros discos de Pappo’s Blues, con ediciones cuidadas, respetuosas de las originales y por lo tanto muy recomendables. Al fin.
Al principio de todo, cuando Jorge Alvarez comandaba el barco pionero, las ediciones de rock argentino fueron formidables. Las de los simples de Mandioca, las primeras de Talent, las que el productor lanzó en Music Hall. Muy de la época, claro (fines de los 60, principios de los 70), casi siempre por obra y gracia de Juan Orestes Gatti, un diseñador notable que después de aquello dijo adiós y se fue: está radicado en España desde hace casi 30 años. Luego de aquello hubo de todo, algunas cosas recordables, otras decididamente no.
Más tarde, el descuido de las empresas discográficas por sus catálogos y el desentendimiento de los músicos en el tema dejaron muchísimas veces en un profundo olvido aquellas proezas del diseño gráfico y la fotografía del pasado. Así, fue lamentable cómo se reeditaron, no siempre con los tracklistings originales, algunos álbum que presentaban música de valor. Los discos de rock del sello Music Hall son un buen ejemplo de esto, en tiempos (fin de los 80) en que la empresa entró a la deriva, y mucho más después, cuando cayó en un agujero negro legal y su catálogo vagó sin rumbo, de mano en mano.
Ahora que parece ser que el sello mexicano Orfeón Videovox compró por derecha los derechos -no es un juego de palabras- de ese histórico Music Hall, aparecen señales de que las penurias pueden estar concluyendo. La empresa argentina Leader Music, licenciataria en el país del catálogo Music Hall/Orfeón Videovox, acaba de lanzar los siete primeros discos de Pappo’s Blues, publicados originalmente entre 1971 y 1978, con ediciones ciertamente felices. Con el sonido adecuadamente remasterizado, ajustadas liner notes de un especialista (Alfredo Rosso) y respetando los tracklistings originales y las bases del diseño original. Esto último tiene, sobre todo, especial importancia en los cuatro primeros discos, que fueron producidos por Alvarez: tres de ellos, el 2, el 3 y el 4, contaron con el arte y el diseño de Gatti.
Se recomienda. Por la música, claro, y ahora también por lo que la acompaña.
Lástima que Pappo no pudo ver estas ediciones.
De las liner notes de la edición: