El show de Coti Sorokin en el ND/Ateneo sirvió para presentar su álbum debut ante el gran público.
A Coti Sorokin se lo conocía, hasta hace poco, más en los estudios de grabación que sobre escenarios. El primer lazo con el rock argentino fue Javier Calamaro, participando en la producción de su primer disco en 1995.
Luego de colaborar con importantes artistas latinos en composiciones y producciones (Andrés Calamaro en «Honestidad brutal», Diego Torres, Enanitos Verdes, Alejandro Lerner) el rosarino, finalmente, presentó su primer disco: «Coti», compuesto por once temas producidos por él y Cachorro López (ex Abuelos de la Nada).
El show fue en el ND/Ateneo, un cálido teatro ubicado en Paraguay al 900 con capacidad para 750 personas que acaba de cumplir un año durante el cual pasaron cantantes de la más variada temática, desde tango hasta folklore, pasando por rock pesado, música alternativa, de fusión y varios etcéteras más.
En tan poco tiempo, el Ateneo supo ganarse un espacio de gran valor cultural y de oportunidades para talentos incipientes o leyendas algo despechadas, como, por ejemplo, el ex Manal Javier Martínez, cuyo show semanas atrás fue impresionante. Por suerte, las perspectivas parecen ser de lo más alentadoras en cuanto a continuidad y calidad de espectáculos.
El concierto de Coti, al que asistieron casi 700 espectadores, duró una hora y media. Abrió con «Nueces». Las guitarras estaban en primer plano llevando las melodías pegadizas del pop-rock que lo caracteriza. Estaban a cargo de Indio Marques, Matías Sorokin (que también acompañaba en distinguidos coros) y el mismo Coti, al compás de su voz que muchas veces recordaba a la de Andrés Calamaro.
En el bajo, Gustavo Giles, quien se destacó por el increíble solo en el tema «Cuando te vayas»; en batería y coros, Zurdo Alaguibe y Diego Ochippinti en teclados, que, por el volumen de las violas, tuvo su presencia más marcada en «Sweet home Buenos Aires».
Más conocido por la voz de Charly García (del disco «Demasiado Ego», 1999), esa canción fue interpretada junto a la voz potente de Javier Calamaro (coautor de la letra) logrando una enérgica versión. La mexicana Julieta Benegas (acordeón y voz) fue otra invitada para el tema «Olvidarla», un buen corte para tanta voz masculina.
El ambiente durante el show fue cálido y se daba una buena conexión entre Coti y la gente, aunque el público femenino era el que más se hacía notar.
«Igual que ayer» fue aplaudido de pie. El tema siguiente, «Donde vas», condimentó el pop con bases reggae y luego, en «Que la vida», se animó con el candombe.
«Visiones televisiones» se destacó por despegarse del formato melódico de temas como «Antes que ver el sol». Para la hora de los «bises», irrumpió el corte de difusión en el que Coti eligió a Andrés Calamaro para cantar: «Nada fue un error». Lástima grande que el notable artista no pudo estar presente para acompañarlo.
Y aquí se vivió el momento culminante del concierto, con los fans que se amontonaban en el borde del escenario y varias chicas que se subieron en procura de abrazar al cantante.
Al «artista viajero» (como reza su biografía) le llegó el momento: ahora es él quien pudo presentar, con satisfactoria respuesta del público, su propio disco debut.