Atravesar la lava sin sudar
y comprimir la baba sin temblar
no es fácil.
Los cuerpos se anudaron
en sombras de pared.
Qué gusta y qué es dolor
no se puede dirimir de noche.
Es sueño y es real:
hay gigantes sueltos buscándonos.
Anguilas y escorpiones
inmersos en vapor de noche,
sapitos, saltamontes,
libélulas carbón de noche.
Ahogados en calor,
una bruma espesa nos empañó.
Encallo y veo ojos
y temo amanecer de noche,
te miro y no te toco
y encuentro así placer también de noche.
Quemábamos el sol,
con lagartos sueltos oliéndonos.
En la sombra del humo te puedo ver.
Los cuerpos se anudaron
temiendo amanecer también de noche.
Tirados sin hablar,
un gigante suelto nos despertó.