Por qué ruge la leona
Ronronea entre colmillos tallados en tiza
Por qué ruge la leona
hínchensele las ventanas que respiran su rujor
Que exhalan humo blanco
que ventilan el aliento
a menta verde, café y tabaco
Ay sí, ay sí, ahí, ahí, ahí
Afila sus uñas de cáscara de escarabajo
en mi no-lomo, porque no soy gato
y ella, con mullidas garras
que gustosas acicalan, termina su
semejante aquello, y con la humedad de su boca
estampa dos garabatos en mi engreído cuello.