Vengo a ofrecer mis atributos, mi misión
y doy mi voz a la causa.
Pienso instalar un GPS en tu cabeza
para que conectes con la emoción.
Sé cómo se pasa al inframundo
por la puerta que hay oculta en Isla Maciel.
¿Será el miedo que se siente
cuando estás del otro lado y no podés volver?
Y te sentís así, absurda como un sábado a la noche
frente a un kilo de helado.
Las cosas pasan y yo sé muy bien
que no hay razón para todo,
no nos mentimos a nosotros mismos,
desde que el lobo se comió al pastor.
No tengo nada, lo dejé todo,
y lo perdido ha quedado atrás.
Quiero saber quién es mi gente,
les pertenece mi voz.
Vengo a dar la cara por vosotros y
a traerles el alivio que no estamos solos.
Busco emanciparlos de la duda y
dejarlos en Constitución para que vean
que hay que desprenderse del grillete
de violencia e ignorancia que arrastramos.
¿Será el miedo que se siente
cuando estás descontrolado y no podés parar?
Y te sentís así, incomprendido y juzgado
por personas mezquinas y vulgares.
Las cosas pasan y yo sé muy bien
que no hay razón para todo,
no nos mentimos a nosotros mismos,
desde que el lobo se comió al pastor.
No tengo nada, lo dejé todo,
y lo perdido ha quedado atrás.
Quiero saber quién es mi gente,
les pertenece esta canción y mi voz.
Vengo a contagiar mi alegría, mi descaro
y mi voluntad con entusiasmo.
Temo compartir mi paranoia con civiles
de la onda que pululan hoy.
Sé del miedo que se siente y lo fría que es la cima
cuando hay que saltar.
Y te sentís así, timado por un grupo de nabos
que llamabas amigos.
Las cosas pasan y yo sé muy bien
que no hay razón para todo,
no nos mentimos a nosotros mismos,
desde que el lobo se comió al pastor.
No tengo nada, lo dejé todo,
y lo perdido ha quedado atrás.
Quiero saber quién es mi gente,
vengo a ofrecerme como su cantor.