Cuando el mediodía del verano desgarrando,
penetrando hasta la Capital
nadie se percata que los árboles murmuran
sus lamentos hasta el mar.
Miguelito está en el cine
viendo la vida morir
y un cuento antiguo hilará
apenas la sortija del sol quede dando vuelta.
Todos los niñitos hacen todos los deberes
pero Miguelito no va más
ya no tener madre, ya no tener huesos,
todo al fin aquí lo mismo da.
Loco sueño de tu risa que escapó sin trampear
un gran desierto hace bien
por más que el diluvio al final tarde toda una vida.
Dulce Miguelito inspirándose en Eolo
su pesebre tiene un gran jardín, pensó,
todo iluminado de racimos y virtudes
todo con la magia y el marfil.
Miguelito está despierto
es un sabio querubín
y una gacela al quedar
la luna no encuentra un clamor
que quiebre su suerte ya.
En el torbellino de los ángeles etéreos
Miguelito se marchó
no habrá silencio para él,
mirando como distante al pasar vio las puertas de la aurora.
Mi espíritu ha partido hace tiempo
hacia donde nace un ángel
los misterios que llevaba a cuestas se han disuelto
en el medio del sol, sol de la vida.
Venidos desde las cien mil distancias
ah, que hermosos viajeros,
la melodía que con ellos viaja
pronto es silbada
por la savia del ser, ser de la aurora.