«Serás la dueña del mar»,
le dijo el Día a la Noche,
y sus ojos brillaron, se puso a llorar.
Y se apagó sin reproches.
«Serás refugio del mal,
serás el miedo del hombre»,
y sus ojos brillaron, se puso a llorar.
Y se perdió por los bosques.
Vendrá desnuda y sin sueños, la Noche.
Sin golpear…
Sin golpear…
«Cuando ilusione el amor,
serás motor para el hombre.
Cumplirás sus deseos, serás la pasión,
serás su lecho de roble»
«Cuando te agrandes sin par,
serás riqueza del pobre.
Servirás de festejos, de brindis de paz,
de inspiración al insomne»
Vendrá desnuda y sin sueños, la Noche.
Sin golpear…
Sin golpear…
«Cuando te tiñas de azul,
yo asomaré en tu horizonte…
guiaré tu camino, brindándote luz»,
le dijo el Día a la Noche.
Se irá vestida de sueños, la Noche.
Sin pesar…
Sin pesar…
Sin pesar.