Las aguas claras del día brillando sobre el trigal
Mañanas de uvas y vino recordando tiempos de paz
El gusto a frío en la aurora el pan más tibio que el sol
Yo pienso en el frío que ahora habita mi corazón
Hay en los ojos del pueblo la misma enorme tristeza
porque los brazos de acero nos frenan como represas
Pero lo que ellos no saben, lo que no sabrán jamás
es que aquí en nuestra tierra, de la montaña hasta el mar,
sopla una brisa ligera que va a volverse huracán
Ah, pero ellos no saben que un día será un huracán
Amigo conserva tu mente viva y atenta al engaño
que la hora justa y precisa sonará tarde o temprano
Que sepan tus hijos pequeños que es duro y largo este viaje,
que ni dolor, madera o tiempo doblegan un corazón salvaje