Cada vez que salgo de paseo
donde sea siempre veo
lindas chicas pa’ mirar.
Gracias a mi cuello no hace falta
tener ojos en la espalda
para mirar para atrás.
En la calle, subte o colectivo
siempre encuentro mi objetivo
una chica pa’ mirar.
Gordas, flacas, bizcas, lindas, feas,
nenas, madres y abuelas,
yo las miro por igual.
Me dicen el búho
a todas las miro.
Me dicen el búho,
¡qué le voy a hacer!
Claro que a mi novia no le gusta
que yo mire chicas sin parar
y que cuando vamos por la calle
mi cabeza sea como un radar.
Por eso yo le digo a mi novia:
«Soy así, mi amor, ¡qué voy a hacer!
A ellas sólo les doy mi mirada,
pero a tí te entrego mi querer».
Yo a mi novia le pido paciencia
es una cuestión de herencia,
lo aprendí de mi papá.
Que cuando veía a alguna muñeca
él giraba la cabeza
aunque estuviera mi mamá.
Por eso a las chicas yo les digo:
«Si quieren estar conmigo
se lo tienen que aguantar».
Yo las amaré, eso es seguro,
pero me dicen el búho
y no paro de mirar.
Me dicen el búho…