Muere otro día, nace una canción
Pienso en tus ojos, que brillan al sol
Y hay flores rojas en tu caminar
Acariciando tu sombra, ahí nomás.
Tardes de fuego, rayos de algodón
Y a un ambidiestro le tiembla la voz
Tengo un boleto de alguna estación
Que va directo contra mi ilusión.
Detrás de los faroles puedo observar
Que allí, en tu sonrisa, se enciende el mar.
Ya esta fiesta no puedo animar
Destapo nubes que grises están
Puede la noche llenarse de la arroz
Y tu mirada, un ardiente fogón.
Detrás de los faroles puedo observar
Que allí, en tu sonrisa, se enciende el mar.