El power trío oriundo de Misiones presenta su tercer disco “40 grados bajo la sombra”, un recorrido por ese espacio intermedio entre el agobio y el alivio.
“Es una experiencia sonora que busca compartir lo que vivimos en relación al clima, pero también recoge canciones que surgieron en las salidas a tocar: en la previa, el post show, el viaje, cargar y descargar equipos, las charlas con el público, el movimiento constante. Son canciones de redención y de autoafirmación: de nuestro lugar en el mundo y, de alguna forma, de nuestro lugar en la música”, explica José Gallero, cantante y guitarrista de Vivac.
¿En qué se diferencia este tercer álbum de los anteriores?
Por un lado, hay una búsqueda sonora más contundente. Y también evolucionamos en la forma de componer: una canción fue llevando a la otra, con la idea de grabarlas juntas, en un mismo periodo. Eso le dio más cohesión. Los discos anteriores nacieron más desde la experimentación o la necesidad de tener material para mostrar. Pero uno nunca sabe qué se activa cuando ese material se transforma en obra y empieza a tirar nuevas puntas. Este disco tiene más peso y más intención, como una acumulación de camino recorrido.
¿Cómo fue la experiencia de grabar en Estudio Panda?
De los primeros discos, de los que estamos muy orgullosos, aprendimos una verdad cruda: para lograr un buen audio, se necesitan equipos profesionales. Queríamos que todo ese trabajo quedara bien impreso, con calidez y profundidad. Y también buscábamos vivirlo como un retiro musical, poder dedicarnos a grabar sin las interrupciones de la vida diaria. Así que todo: la preproducción, el viaje a Buenos Aires, y la grabación, fue parte del disco. Panda nos dio ese plus: no solo el equipamiento, sino también un marco musical y espiritual que se respira en su historia y en el equipo humano que trabaja ahí.
¿Cómo es la movida musical en Misiones? ¿Sienten que el resto del país le presta atención a lo que pasa ahí?
La movida en Misiones tiene un tinte regional, influenciada por los países limítrofes y por tradiciones de la inmigración europea. El rock no tiene tanto espacio como en otras partes del país. Entonces, proponer una banda con repertorio propio como Vivac es casi una forma de militancia. En cuanto a lo que pasa en el país, sentimos que el Norte muchas veces queda fuera de foco. Hay un eje muy fuerte entre Mendoza, Córdoba y Buenos Aires. Lo demás entra más como “música regional”, muy ligada al folklore o a músicas adaptadas por los inmigrantes.
¿Cuál es el fuerte de Vivac?
Nos gusta tocar en vivo. Ahí es donde las canciones se expanden, donde se produce esa conexión mágica con el público. El vivo es nuestro lugar.
¿Qué planes vienen por delante para la banda?
Estamos en una etapa de darnos a conocer, de llegar a más público y consolidar a Vivac como una referencia local. Nos gustaría viajar a tocar en Buenos Aires u otros lugares donde haya interés. Lo ideal sería armar una gira, aprovechar el viaje. Estamos atentos a bandas que quieran hacer intercambios y venir a tocar a Misiones también. Sabemos que es un momento difícil para captar la atención del público: hay mucha música y todo parece efímero. Pero confiamos en que Vivac tiene algo genuino que conecta con quien realmente escucha.