Una de las bandas metaleras por excelencia de nuestro país, había regresado a la actividad dos años antes, en un recital en el Estadio Obras Sanitarias. Y en mayo de 1992, con los cuatro integrantes iniciales, estaba lista para lanzar su quinto disco, «Zona de nadie», luego de siete años de silencio discográfico. Rescate de una entrevista publicada en la Revista Pelo Nº420, mayo de 1992.
Riff: duros de matar
Si algo caracteriza a los metálicos locales, eso es su tenacidad y perseverancia. Buen ejemplo es el de Pappo quien reunido hace dos años con sus huestes de Riff ahora se prepara para asaltar las bateas con «Zona de nadie».
Con una docena larga de años de trabajo detrás de sí, nadie puede discutir, pese a que su carrera no fue del todo constante, que Pappo, Michel Peyronel, Vitico y Boff constituyen el punto de referencia histórico más importante del rock duro de estas pampas. Para constatar la veterana vigencia de Riff, por estas horas -buen retardo de por medio- aterrizará en las bandejas (especie en extinción) el noveno disco de la banda que, a pesar de tener la patemidad reconocida de estos cuatro metálicos, fue bautizado como “Zona de nadie”.
SENTIDO DE BANDA
El viejo taller de Norberto Napolitano, testigo fiel de sy pasión por los fierros, sirve de escenografía a este diálogo “aceitoso”. «Hubo problemas internos y de contratos, en definitiva una cuestión de papeles. Lo importante es que el disco ya casi está en la calle”, desliza Pappo para explicar la tardía edición de un material que fue grabado casi un año atrás. “El noventa por ciento de la producción es de Michel -continúa-. No me quise meter en eso porque queremos que las cosas sean parejas con un sentido pleno de banda”.
Los seguidores de Riff tendrán su esperado alimento metalúrgico en estos diez temas, algunos ya anticipados en vivo. “El sonido se ha ido superando con las distintas épocas -aporta el guitarrista- La música dura está un poco más pulida en nuestro país. Esto es menos cuadrado que otros trabajos nuestros, es más desparejo. Hay temas tradicionales como ”El forastero”; nuestra primera balada es ”Juegos noctumos” y para rematar podés encontrar en ”Gueisha” la canción más dura desde los comienzos”. Pappo vive actualmente con un pie en Riff y otro en su carrera solista, un trabajo “con olor a Pappo’s Blues”, trío con el que grabará un disco en muy pocos dí as. “Riff es una banda profesional de doce años en la que me siento muy bien y cuando salimos a escena parece que fuéramos uno solo. Pappo, en cambio, es algo que comparto con amigos en una zapada mucho más de entre casa. Igualmente me tomo márgenes de tiempo para que no se me interpongan las cosas”.
AMOR DE ALMANAQUES
“Sube a mi Voiturete” (“y olvida el Mercedes Benz”, responde la letra) es el culpable de un video con una particular historia que encaja a la perfección con el lugar donde se desarrolla la nota. “Habla de un mecánico que se enamora de una de esas chicas que están en los almanaques de taller -relata Pappo, protagonista del clip- El se queda dormido y la mina toma vida en su sueño. Entonces el pibe se da cuenta de que ella prefiere subirse a buenos coches y no a su viejo Voiturete”.
En cuanto a su irregular trayectoria, insiste en que “nunca se separaron. Sólo hubo «momentos de suspenso’ en los que seguimos caminos diferentes. El año pasado retomamos los recitales para quedarnos, no para transar un tiempo”. Pero, tras las vuelta, los shows de la banda fueron la sombra de aquellos multitudinarios de la primera mitad de los ’80. “Esto no nos molesta; la etapa de preocupación por la cantidad de público ya la superamos. Ahora nos calentamos por sonar mejor. Tampoco nos interesa la competencia con otras bandas; lo importante es que el logo de Riff todavía esté en los escenarios argentinos. Eso es una satisfacción”.
Al hablar sobre compatibilidad entre el público heavy y el blusero, Pappo sugiere que “no hay etiquetas, la música es una sola. El que se dedica a hacer una única cosa se encierra en sí mismo; por otro lado está el peligro de las modas que van turnando los estilos pero, por suerte, hay clásicos que superan barreras para estar más allá de todo. Creo que, en parte ese es nuestro caso”. Divisando el panorama local del hard-rock admite que “lo que está pasando es bueno, hay muchas bandas que andan bien y no pocas como en otros tiempos. Es feo ver que tu banda es la única del pueblo”.