El bajista Jaime Preciado habla sobre la grabación de “Misadventures”, que los estresó como nunca. Este martes tocan en el Teatro Vorterix.
Dentro de unos años, Pierce The Veil será recordada como una de las bandas que llegaron al corazón de los adolescentes de esta era y que les desencadenaron la tradicional “revolución” interna. En otros tiempos fueron Limp Bizkit y Linkin Park; hoy son ellos y grupos como A Day To Remember y Sleeping With Sirens.
¿Es fácil hacer música que le llegue a los más jóvenes? Definitivamente no. Y menos cuando en la banda hay un experto en sonido como el bajista Jaime Preciado, que eleva mucho la vara para que los temas se escuchen realmente bien. Para lograrlo, los Pierce The Veil llamaron por segunda vez al productor Dan Korneff y al célebre ingeniero Ted Jensen, ganador de incontables Grammy.
¿El resultado? Las once canciones del gran “Misadventures”, que presentarán mañana en el Teatro Vorterix.
“Creo que buscábamos a alguien con un sonido único, y a su vez con un background de ingeniero. Yo, que crecí metido en estudios y que estudié audio, soy bastante exigente. Korneff produjo ‘Riot’ de Paramore, y es uno de esos discos que lo escuchás y decís: ‘¡Wow! ¿Cómo hacen para sonar así’ –dice Jaime desde su casa de San Diego-. Y obviamente Korneff es la razón. Todo lo que toca queda extremadamente bien. Y queríamos tener a alguien que laburara a ese nivel”.
La clave del éxito
Preciado y sus compañeros –el cantante Vic Fuentes, el baterista Mike Fuentes y el guitarrista Tony Perry- están por primera vez con días libres en mucho tiempo, antes de encarar la gira sudamericana. “El 4 de julio lo pasé con mi familia, y festejamos con fuegos artificiales –agrega el bajista-. Ahora me estoy por juntar con el resto de la banda para ver qué canciones vamos a tocar en Buenos Aires y ese tipo de cosas. Estamos ansiosos, y siempre que vamos allá la pasamos bien”.
-Para Vic, el secreto de que todavía mantengan junta a la banda es que jamás se hablan en el medio de las giras, y por eso no se cansan de ustedes mismos.
-(Se ríe y piensa). Estamos juntos desde hace tanto que nos conocemos muy bien, y creo que todos tenemos buenas ondas. Nos entendemos perfecto, y eso es lo que lleva a que el grupo siga. Todos realmente amamos lo que hacemos. Teniendo esa combinación es muy fácil trabajar en equipo. Somos una familia, obviando el hecho de que Vic y Mike son hermanos. Estamos muy contentos de que funcione, porque es la misma formación desde el principio. Tenemos mucha suerte, así que debemos estar agradecidos.
-Siendo alguien relacionado con el sonido, ¿le metiste algo de presión a Dan Korneff para “Misadventures”?
-Sí, obviamente. Siempre que nos juntamos con alguien queremos obtener determinado audio, y él es un nerd de eso. Sabe todo sobre grabación, sobre informática, sobre estudios… es ese tipo de chico. Y creo que probamos muchas cosas que normalmente no hubiéramos hecho con nadie. En el disco eso se nota, y se ve que es un proceso que realmente disfrutamos. Nos divertimos mucho haciéndolo, y él es el productor que todo grupo querría tener. Ya se volvió una parte de la banda.
-Pasaron mucho tiempo trabajando en el álbum. Primero lo iban a sacar en 2014, pero se retrasó hasta mayo de 2016. Sé que fueron a diferentes estudios porque no encontraban lo que buscaban. ¿Qué era lo que no funcionaba?
-Pasamos un montón de tiempo grabando en Long Island, y después de un rato nos olvidamos de lo que queríamos… y perdimos nuestro eje. Estábamos en el mismo lugar exacto todos los días, haciendo lo mismo una y otra vez. Primero íbamos a ir al estudio por tres meses, pero después fueron seis, así que nos agotó. Por eso decidimos salir de gira en el medio, y eso le ayudó un montón al disco. Nos hizo reafirmarnos por qué queríamos grabar y tocar música.
-¿Por qué?
-Porque queríamos estar frente a la gente, mostrándole las nuevas canciones a quienes nos siguen. Viajar fue muy importante, porque a Vic le faltaba encontrar la inspiración para las letras. Así que se metió en diversos estudios y áreas para conseguir eso y que la rueda volviera a girar. El disco sonó mejor, y también nos quedamos muy conformes porque al fin lo terminamos (risas).
-¿A cuántos estudios fueron?
-Oh, man… (piensa). Eran más bien diferentes zonas. Creo que Vic fue a uno en Santa Monica que usó mucho tiempo Fleetwood Mac…
-Y también Ziggy Marley, ¿no?
-¡Sí! Así que fue un lugar muy icónico para trabajar en las letras y en las voces. Eso le dio un toque de historia. Siempre pienso que lo importante es el ambiente que nos rodea, y cómo nos sentimos cuando estamos ahí. Es es fundamental.
-¿Las canciones cambiaron luego de esa gira que hicieron entre medio?
-Habíamos pasado tanto tiempo trabajando lo instrumental, que creo que ya estábamos contentos. Las voces y las letras sí necesitaban un poco más de desarrollo, para que terminaran de evolucionar. Pero la música ya estaba. Eso sin mencionar que hubo dos canciones del disco que dejamos afuera. Teníamos listas trece, pero publicamos once. Fue muy complicado sacarlas.
Una banda completa
-Hace algunos años querían llegar a un audio “Pierce The Veil”, en lugar de tener que explicar a qué género pertenecían. ¿Creés que lograron que la gente los escuchara y dijera “esto suena a PTV”?
-Tenés razón, cuando éramos más jóvenes no sabíamos lo que queríamos, ni si éramos punk, pop o rock. Solo tocábamos lo que nos gustaba. Y aunque somos los mismos y seguimos haciendo lo que nos interesa, le encontramos la vuelta a nuestro sonido, y entendimos cómo componer mejores canciones. Este disco fue un gran ejemplo de eso, y al tener más tiempo, hicimos que fueran un poquito diferentes de las anteriores. Ya encontramos nuestro estilo y nuestro sonido. ¿Si vamos a seguir así? No lo creo ni lo sé. Seguramente continuaremos tratando de evolucionar y mejorar, pero hoy por hoy estamos muy contentos.
-Van a volver a la Argentina después de haber ganado un premio Alternative Press a la mejor banda en vivo. ¿Les da más presión?
-No sé si es eso, pero ahora sabemos que la gente le presta atención al grupo sobre el escenario. Cuando empezamos queríamos que hubiera cierta producción, y ahora estamos muy felices porque lo conseguimos. Los shows son mejores, y siempre elevamos la vara. No sólo como músicos y compositores, sino que buscamos ser una verdadera experiencia, para que la gente diga “wow, qué buen show”. Queremos ser la mejor banda posible en vivo.