La cantante y bailarina presenta su segundo álbum “Cicatriz activa”, donde utiliza al tap como instrumento de percusión.
“Podría definirse como un disco que viaja por diversas experiencias de vida y dolor, tocando temas y puntos muy humanos con su complejidad desde un lugar poético y de mucha sensibilidad como también humorístico/sarcástico –explica Marina Casas-. Son diez canciones de pop que experimentan, algunas de ellas, con el tap como instrumento de percusión y sello del proyecto. En este nuevo álbum, al igual que en proyectos anteriores, la búsqueda es simplemente lograr una expresión propia y que en lo que hago artísticamente quede realmente plasmada mi esencia, tanto en lo musical, las letras y en toda la sensibilidad del disco en general”.
¿En qué se diferencia “Cicatriz activa” con “Semblantes” (2020)?
Más que nada se diferencia en la búsqueda musical, habiendo una inclinación en “Cicatriz activa” hacia un synth pop/electro. El crecimiento pasa por ya tener más experiencia en componer mis propias canciones y encarar el proyecto prestando atención a muchos detalles, si bien en el arte siempre voy desde lo intuitivo, pero con el intento en este caso de ser más consciente de lo que estaba haciendo o qué quería lograr en la composición, como también en el sonido final al momento de trabajar los temas con el productor.
¿Cuándo llegó el tap a tu vida y cómo fue el momento en que se te ocurrió sumarlo como un instrumento más?
El tap llegó a mi vida a mis 6 años, como parte de las tres disciplinas de danza que comencé a estudiar a esa edad. A los 13 me recibí de profesora de tap, y luego de dejarlo por unos años en la adolescencia, buscando nuevos modos de expresión en la danza, volví a ese primer amor a los 18 al estudiar comedia musical y a partir de ahí reafirmando lo importante que era en mi vida esa danza; lo que me llevó a perfeccionarme durante muchos años en Argentina, Estados Unidos y Brasil, logrando conocer y profundizar muchísimo más y enriquecer mi mirada y mis conocimientos sobre el tap. Esto también fue parte de empezar a ver y a escuchar al tap como un instrumento percusivo y encontrar una búsqueda de expresión super particular y personal en mi proyecto musical. Incorporarlo a mis canciones no fue una idea de un día para el otro, sino el resultado de un proceso de muchos años, primero de formación, también de docencia y luego más de creación tanto en el mundo de la escritura, la danza y la música. También lo vi siempre como esa posibilidad de poder plasmar en un proyecto artístico lo más íntimo, sumando distintas vías que me representan: el canto, la música, el movimiento, la danza, la importancia que le doy al ritmo, la poesía, etc.
¿Qué objetivos y anhelos tenés para tu carrera musical?
Espero seguir activamente creando nuevos proyectos y canciones que me acompañen en distintos momentos de mi vida; y como desafío personal y artístico poder crecer y desarrollar más presentaciones en vivo, para dar más a conocer lo que hago, como también llegar a un público que pueda conectar con este proyecto.