El conjunto de rock, ska, reggae y punk presenta una trilogía de EPs, que concluye en marzo y que constituyen una obra conceptual escrita y compuesta durante la pandemia.
«Durante la grabación de las canciones nos fuimos dando cuenta de que cada canción elegida tenía su par, otra canción que combinaba perfectamente; así fue que decidimos partir la obra en tres, sumado a la decisión de cambiar el estilo de arte de tapa y contando con los dibujos de Pablo Montero, fuimos armándola y dándole sentido», explica Wino Cárdenas, voz cantante de Mamazuka.
¿Cuál es el hilo conductor entre cada una de las partes?
La obra fue escrita y compuesta casi en su totalidad durante el año 2021, está totalmente atravesada por la pandemia. El hilo que conduce y une a cada EP es el sentimiento o carencia expresada en cada letra: el primero nos habla del deseo, del sexual por un lado («La puerta») y de la ausencia y búsqueda del mismo («Abrazado al tiempo»). Así ira sucediendo con cada uno de los EP.
Están prontos a cumplir diez años de carrera, ¿en qué cosas sienten que han evolucionado como banda durante esta década?
Estamos muchísimo más organizados. Tenemos un grupo de trabajo firme, que defiende y respeta el trabajo que se viene haciendo. Hemos aprendido a trabajar con producción musical externa que es algo buenísimo. Tanto con Ale Vázquez como con Tino Moroder y Bochi Bozzalla hemos vivido experiencias de laburo geniales, que nos han hecho crecer como músicos y como personas.
¿Durante el 2022 habrá algún festejo especial por los diez años de la banda?
La idea es terminar de presentar el material y de ahí defenderlo por todo el país, arrancando la gira de los diez años para terminar en una fecha grande. ¡Así que se viene un año a puro Mamazuka!