En el marco de los 20 años de «Armando Camaleón», la banda nacional publica una versión renovada de «Silencio» y anuncia festejo en el Teatro Gran Rex para el 17 de agosto.
El 2024 resulta más que prometedor para Los Tipitos, y esto tiene que ver con el vigésimo aniversario de uno de sus discos más populares: «Armando Camaleón» (2004). El mismo se encuentra plagado de clásicos del rock nacional, como «Silencio». Hoy vuelve a ser novedad al contar con una versión de estudio que incluye las colaboraciones especiales de Lito Vitale y Andrés Calamaro. Como si esto fuera poco, el sábado 17 de agosto se darán el gusto de volver al Teatro Gran Rex para celebrar con todo.
¿Por qué eligieron el Gran Rex para celebrar los 20 años de Armando Camaleón y cómo planifican su dinámica?
Fede Bugallo: Por empezar, es un teatro emblemático y quizás el más importante de la calle Corrientes. Tuvimos la suerte de tocar muchas veces, pero, destaco que presentamos allí nuestro disco Armando Camaleón y nos pareció pertinente hacer el festejo de cumpleaños en el mismo lugar.
Nos pareció interesante tocar todo el material de nuevo, escucharlo y entenderlo. Si bien hay canciones que nos acompañan y acompañarán siempre, el álbum como concepto integral es algo que no teníamos visto minuciosamente. De manera que, cuando vino esta etapa de los festejos, prestamos mucha atención a lo que pasaba con la lírica y cómo entendíamos el rock en aquel entonces. Nos dieron ganas de tocarlo de nuevo y reinterpretarlo.
También habrá un recorrido de lo que vino después, un poco de eso vamos a contar a través de las canciones.
¿Piensan registrar audiovisualmente el momento?
Sí, habrá un registro audiovisual, pero no podemos adelantar mucho por el momento.
¿Recuerdan dondé y cómo lo presentaron por primera vez?
«Armando Camaleón» tuvo una primera presentación fallida porque se había diseñado un plan para que fuera en el ND Ateneo, mediante dos conciertos. Recuerdo que vinieron algunos de los artistas que grabaron, pero el disco no llegó a salir para la fecha prevista. La Ciudad de Buenos Aires estaba empapelada y los shows agotados, de manera que se hicieron igual.
Un tiempito después, salió el material y su primer corte «Brujería», que tuvo un éxito tremendo. Allí fue que lo presentamos oficialmente en El Teatro Coliseo. Le siguieron «Algo» y «Silencio», lo que llevó a concretar el Gran Rex. Todavía no había salido «Campanas en La Noche», que fue brutal.
¿Qué sensaciones les genera escucharlo hoy?
Un poco tiene que ver con la lírica y las cosas que teníamos en la cabeza. Nos genera mucha ternura ver el compromiso social de unos chicos que carecíamos de recursos, pero no de sensaciones. Recuerdo que en esa época trabajábamos en los colectivos, tocábamos en Plaza Francia y hacíamos algunos conciertos eléctricos, pero llegábamos con lo justo. Toda esa realidad de los que peleaban la vida a diario, nos daba un contexto que se plasmó en el disco.
Cuando reversionamos «Silencio» nos propusimos parar con la distorsión, los arreglos o los rulos de batería. En la época en que grabamos el disco, teníamos una necesidad muy fuerte de rockear y expresar bronca; tratar de tocar como Led Zeppelin en temas que no pedían eso, pero ahora las vemos con cariño porque son propias de la juventud. Cuando uno está despojado de esa ansiedad se ve todo de otra manera y se toca de otra manera.
Estrenaron recientemente una nueva versión de «Silencio» junto a Andrés Calamaro. ¿Cómo se dio esa colaboración y qué tal vivieron la experiencia?
Con los festejos de los 20 años decidimos que teníamos que hacer la reinterpretación de alguno de los temas y Silencio surgió solo.
Conocimos a Andrés Calamaro en el marco de una gira de presentación de Los Rodríguez junto a Ariel Roth por las provincias de Buenos Aires, Mendoza y Córdoba. Se quedó impresionado con una versión que hicimos del tema «Mil horas» para un disco homenaje que él sacó.
Cuando nos decidimos a regrabarla, lo invitamos a cantar y le puso mucho amor. Fue hermoso escuchar el resultado final y tocarla de nuevo; meterle instrumentos vintage y contar con teclados analógicos de Lito Vitale para lograr una versión tecno pop.
¿Qué no puede faltar en un show de Los Tipitos?
Gracias a Dios, la gente siempre viene. Hemos realizado innumerables conciertos y formas de darlos. Desde acústicos, pasando por instrumentos informales, hasta shows bien rockeros. También fuimos teloneros de bandas internacionales y recuerdo nuestro ciclo de martes en el Marquee, donde se cortó la luz una hora antes y tocamos igual con velas. El público ingresó a oscuras, pedimos mucho silencio y agarramos guitarras criollas y cantamos a capela. Fueron como diez temas en ese formato hasta que volvió la luz y pudimos terminar el show. Por todo esto, me da la sensación de que lo único que no puede faltar en un show de Los Tipitos, son Los Tipitos. Todo lo demás puede pasar.