Audacia no les falta; estilo tampoco. Me darás mil hijos, una de las propuestas más atípicas del ¿rock? nacional, ya tiene listo su segundo disco.
Sábado al mediodía en la ciudad de Buenos Aires. Nos encontramos en la sala de ensayo de Me darás mil hijos, a quienes les espera una semana agitada. El motivo es el lanzamiento de su segundo disco, Un camino, algún lugar y su consecuente presentación el viernes 18 en el Ateneo. Están todos: mientras Leonora (acordeón) completa unas planillas y Damián (trompeta) trabaja con la computadora, Mariano (voz y guitarra), Gustavo (guitarra), Federico (contrabajo) y Santiago (guitarra) responden.
– ¿Contentos con el resultado del disco?
Gustavo: Si, está bueno. Un paso mucho más arriba del anterior, que ya estaba muy bueno (risas). Tanto en éste como en el disco anterior no nos domina un estilo preciso. Hay varios géneros.
– Me preguntaba que influencias musicales individuales tiene cada uno que hicieron de su sonido una combinación tan particular
Santiago: Cada uno tiene lo suyo. Tango principalmente. Bueno, con Gustavo tenemos un grupo donde tocamos tango. Federico viene de Don Cornelio y Los Visitantes.
– ¿Les sorprende la convocatoria que están teniendo? Hace un par de días fui a verlos al Centro Cultural San Martín y me sorprendió la cantidad de gente que había.
Mariano: Si, a nosotros también. Porque nos había pasado de tocar para mucha gente pero en recitales que no eran exclusivamente nuestros como en el Luna Park, el Quilmes Rock o en el Konex. La verdad es que esperábamos gente, pero nunca que quedaran algunos afuera.
– ¿Cómo se sienten actuando en públicos grandes y heterogéneos, como en el Luna Park o en el Quilmes Rock, estando acostumbrados a audiencias más pequeñas y lugares más chicos?
Federico: Está buenísimo. En el Quilmes Rock no nos conocía nadie, había mil quinientas personas y estaban todos re copados escuchando. Y lo de Goran (Bregovic) también, al segundo tema estaban todos aplaudiendo; fue una respuesta inmediata. A parte, fueron momentos donde la banda creció.
Gustavo: Si, igual estaba pensando que lo más lindo fue lo del San Martín.
– ¿Qué creen que ve la gente en ustedes?
Federico: yo supongo que les gustan las canciones y lo que pasa en vivo con la banda. Es el hecho fundamental, me parece.
Mariano: si, yo creo que algo tiene que ver con el vivo. Hubo un boca a boca impresionante el año pasado y eso también nos sorprendió. En general, esas referencias vienen por habernos visto en vivo. Somos muchos y hay una conexión sobre el escenario que nos hace a nosotros disfrutar muchísimo, y eso se transmite.
Federico: Si, y también es la música. Hace cuatro o cinco años que no pasa nada, a nivel propuestas. El rock sigue siendo el mismo que hace diez años y desde entonces noto que no hay nada nuevo. No quiero decir que nosotros somos nuevos en algo, porque estamos haciendo cosas que de alguna manera fueron hechas en otro tiempo. Pero bueno, es una mezcla de lo que traemos cada uno y de todas las cosas que venimos escuchando desde que tenemos conciencia musical. Hay grupos que se puedan asemejar a nosotros pero tenemos algo diferente en ese sentido. Supongo que eso, más el soporte de las canciones que gustan, ya cierra.
– Leí un artículo hace poquito que hablaba sobre una especie de revival del bolero y los nombraban a ustedes. Pensaba que quizá su caso se diferencia en que no es un fenómeno nuevo sino que ustedes lo vienen usando desde hace rato ya. ¿Qué les parece?
Gustavo: Leí el artículo; hablan de Vicentino, Mimi Maura que prácticamente fue ella quien lo impuso, sería el fenómeno en sí del revival del bolero.
Mariano: nosotros tenemos un par de boleros pero no necesariamente tienen que ver con toda la música. Por ahí hay algo en el tono, sobre todo en el primer disco, pero en este cambia. También está relacionado con las letras de amor y desamor. Creo que hay un rescate del bolero pero también de otras cosas; nosotros hacemos un par de foxtrots y el tango está más vivo que nunca. En ese sentido, son varios géneros. Tiene que ver con la búsqueda de la canción.
Federico: Si, no es que agarramos un estilo nos apoderamos de él y lo reventamos. Nos gustan muchas cosas.
– En el disco anterior el 90% de las letras eran de amor. ¿Y en el disco nuevo?
Mariano: igual. Noventa y diez.
– Y el otro 10%, ¿de qué habla?
Mariano: En el disco anterior son casi todas de amor, historias. Después hay dos que son «Fusil» y «Cruz del sur» que son de posición. Como para dejar sentada una postura, sin bajada de línea tampoco. En este disco también hay un tema. Siempre queremos que por lo menos haya un tema, casi como auto-impuesto. Tiene que ver con una reflexión, con un pensamiento; con tener los pies sobre la tierra.
– Esta variedad musical que manejan, ¿en algún momento les jugó en contra? ¿Les puso trabas para conseguir un contrato, por ejemplo, el hecho de que no puedan clasificarlos?
Mariano: No, todo lo contrario. Lo que fue complicado todo el resto de nuestra vida, de repente cuando se armó esto, en tres años ya teníamos contrato. Eso también nos sorprendió.
-¿Están viviendo de la música?
Mariano: De la música si porque algunos están dando clases, pero de la banda no. Apenas el año pasado empezamos a sostener una estructura un poco más profesional con sonidistas y plomos que son necesarios para crecer y organizarse. Y este año quizá está siendo un poco mejor, pero también somos muchos y va a ser difícil. Igual la música es extremista, el día que te va bien ya está; no hay términos medios.
-¿Qué sueño inmediato tienen?
Federico: Yo creo que es hacer una gira. Tocar mucho y en diferentes lugares.
Leonora: Si, en todo el mundo.
Mariano: Si, como sueño vivir de la música también estaría bien, así nos podríamos dedicar más y mejor.